Pintando el dia ( privado antonio)

Un día el canadiense se fue a la ciudadela de Asia para asuntos de negocios, todo fue como lo esperaba nadie se dio cuenta de su presencia hasta después de varias horas lo vieron pero nadie sabía quién era él. Como siempre fue una junta muy aburrida. Una vez terminada la junta decidió pasear para des estresarse, se vistió de una manera muy sencilla para que nadie sospechara que era un noble, tomo sus cosas para ir a pintar los paisajes de Asia, era una oportunidad única. Comenzó a caminar entre las calles de la ciudad, sorprendido al ver cuántas cosas hermosas había para pintar la arquitectura, las flores, el paisaje era más que perfecto. Empezó a buscar un mejor ángulo donde se viera toda la ciudad, una vez encontrado lo que buscaba empezó a sacar sus pinturas y sobre el cuadro en blanco comenzó a hacer una obra de arte.

Asia. Un lugar lleno de misterios, de cosas exóticas y de mucha paz también y por justamente eso Antonio se encontraba descansando, por fin tenia algunos días de paz para descansar, relajarse y olvidar que el mundo existía. Termino echándose a las afueras de la ciudad en una pequeña vista que había, preciosa a los ojos de un buen artista.

Hacía rato había despertado de la siesta pero había sido demasiada la flojera como para levantarse inmediatamente a lo que se quedo dormitando un rato. Escucho como alguien se acercaba a lo que se levanto casi de mala gana, claro que con la suficiente rapidez para que no se notara más no miro a nadie llegar.

Busco con la mirada por unos momentos hasta que al fin identifico un joven con rasgos… ¿franceses? ¿Ingleses? No sabía decirlo, pero este ya se encontraba pintando — Oie eres muy bueno en esto— exclamo colocado tras el joven mirando con curiosidad el boceto inicial.

El canadiense se asusto de la impresión de parte del español en el momento del susto sin querer mancho con el pincel con el que estaba a punto de pintar de azul al joven de ojos verdes –ah! Lo siento mucho, sea quien seas, lo siento! No fue mi intención lo juro- dijo apenado – no debí asustarme así, pero en estos lugares se debe andar con cuidado…me han dicho- saco un pañuelo cortésmente se lo dio para que se limpiara, nueva mente se dispuso a pintar el cielo de ese lindo día tratando de no desconcentrarse con la presencia del español...pero fue inútil,
le gano la curiosidad pero esperaría así que se mantuvo callado hasta que el muchacho le hablara.

No esperaba que el otro estuviera tan concentrado en su pintura como para asustarlo con su simple comentario. Claro que él no sabía mucho de concentrarse al hacer cosas así… o de simplemente concentrarse.

Miro su camisa, era más que una pequeña mancha azul. Sonrió no estando acostumbrado a estar manchado de azul — Fusososo— rio — No pasa nada, es solo una mancha pequeña— no hizo ademan alguno de limpiarse, no era como si fuera muy remilgado a la hora de la limpieza. — Calma, que no hay necesidad de jurar— era pirata, un juramento era algo más que sagrado, algo que no se usaba de no ser necesario. Negó con la mano el pañuelo. —Bueno tal vez lo sea, pero no es común que las bestias nos alejemos tanto de la mar— comento a pesar de no creer que le hiciera caso ya que otra vez se encontraba pintando.

El silencio reino por no más de los minutos contables con una mano ya que el español se había aburrido de mirar cómo se secaba la pintura. — Soy Antonio ¿y vos...? — lo pockeo un poco esperando que si lo escuchara, era aburrido hablar sabiendo que eras ignorado así que era mejor prevenir.

Le sorprendió que rechazara el pañuelo, el no comprendía el motivo de rechazar el pañuelo pero trato de que esto no le importara, estuvo unos minutos pintando con máxima concentración para terminar de pinatar el cielo y las nubes pero le faltaban efectos de sombras, empezó a preparar todo con una brocha más pequeña para las sombras hasta que una risa lo distrajo un poco –fusososo-se dijo así mismo, le parecía curioso, jamás había oído a alguien decir o reír de esa manera, esto hacia que despertara mas su curiosidad.

Después de unos minutos de silencio escucho que aquella persona se presentaba y le preguntaba su nombre – soy Mathew Williams –dijo un poco nervioso al sentir que lo estaba pukeando -...por favor podría dejar de hacer esto – tratando que se detuviera pero fue imposible.

Mathew se dio cuenta que el muchacho llamado Antonio no era de las personas tranquilas y pacientes, lo cuan significaba dejar de pintar por un momento, pues considero algo malo ignorarlo, sabia como se sentía ser ignorado, pero no lo podía evitar porque pintar era algo que le gustaba hacer.

Bueno tu ganas- suspiro dejando que su pintura se secara un poco-… lo siento por ignorarte – saco una pequeña botella de maple de su bolsa- ten esto en muestra de disculpa- la botella del jarabe tenía signos y un escudo de noble –maple…oh! Hace unos momentos dijiste “que no es común que las bestias nos alejemos tanto del mar”, ¿esto que quiere decir?- dijo curioso