...Reencuentro...

Hacía ya un par de meses que había terminado aquel incidente, y todo estaba como si nunca hubiera ocurrido nada, ya estaba en el pasado, olvidado. O eso al menos para el público, puesto que N aún no podía quitárselo de la cabeza, ni dejar de recordarlo con dolor o no culparse por haber sido tan estúpido en ese momento. Le remordía la conciencia, no podía evitarlo.

Estaba absorto en sus pensamientos, jamás se percató de la hora hasta que la obscuridad era evidente y las calles se habían vaciado. Siguió caminando si, ignorando los posibles peligros que asechaban, sin contar el clásico frío de la época que se veía potenciada por su cercanía al mar. Y hablando de eso ¿Cuando había llegado al muelle? Realmente, necesitaba fijarse más por donde iba, en especial al no estar familiarizado con el pueblo, suspiró, ya se las apañaría para regresar al lugar donde se quedaba temporalmente.

Se acercó al más muelle y miró el mar, estaba tranquilo y obscuro, como el cielo nocturno, pero sin estrellas que lo iluminasen. Repentinamente escuchó un maullido, cualquier persona lo ignoraría, claro, pero el rápidamente buscó con la mirada al gato que había "hablado". Miró a la derecha, y luego a la izquierda, divisando a otra persona a unos pocos metros de donde estaba parado; un chico pelirrojo. Lo primero que se le vino a la mente era él, pero no podía ser tanta coincidencia ¿O si? Ese color de pelo no era de lo más común, pero... Después de tantos años, aunque realmente se tratase de quien el creía -y quería- ¿Acaso el lo recordaría? Entró en una pequeña disputa mental, en la que se había quedado mirando al chico por un buen rato.

Notó un ligero movimiento por parte de esa otra persona ¿Lo habría visto? Lo más probable es que si, o quizá no... No tenía manera de saberlo, y en cierta manera lo ponía algo nervioso. Era entendible, no todos los días se encontraba contra la posibilidad de haberse reunido con su mejor amigo. Otro maullido lo sacó de sus pensamientos, para su mala o buena suerte, provenía de la dirección en la que estaba mirando. Avanzó hacia allá sin pensarlo dos veces, mejor concentrarse en el animal que parecer una especie de estúpida adolescente contemporánea enamorada... ¿De donde rayos salió ese termino?

Entre el sepulcral silencio y el amplificador natural eco, sus pasos parecían los de un pesado gigante, cosa que claramente no era. Había un callejón justo al lado del pelirrojo, por lo que creyó que el animalito se encontraba allí. Error, apenas pasó por frente del primero, otro adorable maullido se hizo presente, como si el pequeño quisiera buscar su atención, cosa que logró.

N giró su cabeza instintivamente, encontrándose con una grata sorpresa. La cercanía hacia más fácil la visión; el cabello rojo fuego, los ojos esmeralda, incluso alcanzaba a ver vagamente los aretes circulares y plateados. Su rostro  era claramente conocido para él, pero de forma y facciones más maduras, claro. Lo único que no encajaba del todo, era el parche en el ojo... Pero no por eso podía desechar el pensamiento

-¿L-Lavi?...- La voz le tembló, de nervios, de emoción... A la vez que de miedo ¿y si el no lo recordase?

El contrario levantaba la cabeza lentamente, N no podía dejar de estar nervioso ¿Y si se hubiera equivocado de persona? Pero esa no era su mayor preocupación, insistía en temer a que Lavi no lo reconociera, ya lo había pensado antes y no se cansaría de hacerlo “¿Y si no me recuerda?”. Cuando sus miradas se entrecruzaron por primera vez en ese entonces, no necesitó esperar a que él mencionara su nombre -Más bien apodo- para asegurarse de que efectivamente era Lavi, el Lavi que conoció hace años ahora lo miraba con incredulidad, al parecer no era el único que no se lo había creído a la primera. Y a causa de la felicidad, sintió como sus ojos se humedecían ligeramente, si, aún seguía siendo algo llorón ¿Pero como podía evitarlo? Jamás en su vida siquiera imaginó que después de esa partida se lo volvería a encontrar, sabía que como Bookman no podía quedarse para siempre en otro lugar.

-Ha pasado mucho tiempo, Lavi- Mencionó ya tranquilo, dedicándole una sonrisa y cerrando los ojos, con la intención de que su amigo no notara que amenazaba con llorar.

El gato dio un largo maullido ¿Feliz? Y saltó desde el regazo del pelirrojo hasta los pies de N, frotándose contra su pierna y ronroneando como si lo conociera. Éste último, en respuesta a eso, se agachó para acariciar la cabeza del felino, y de paso quedar frente a frente con Lavi, mirándolo a los ojos, bueno, ojo (?) ya que el otro estaba cubierto con un parche ¿Qué le había ocurrido? Alguna herida probablemente, o quizá más bien fuese por querer ocultar su ojo.

Acarició la cabeza del gato, recubierta con un suave pelaje color ébano, pero sin desviar la mirada. Se le era algo curioso que Lavi reaccionara así, se esperaba alguna reacción más cálida y alegre. Pero tomando en cuenta el tiempo que había pasado, suponía que era de comprender que se encontrase nervioso. O quizá, él supiera que Natural Harmonia había 'perecido' meses atrás en extrañas condiciones. Sintió un apretón en el pecho, pero lo ignoró olímpicamente, no era momento para esa clase de cosas.

Negó con la cabeza ante la pregunta, era la primera vez que veía a ese gato, o al menos no lo recordaba. Aún así, el gato estaba siendo bastante afectivo con N, cosa rara de ver. Pocos segundos después, notó un trozo de cuero enroscado al cuello del animal con una pequeña placa de madera tallada, un collar.

-Es una niña- Dijo con calma tras haber alzado al gato. Bueno, gata -Parece que está perdida...- Susurró, seria la única explicación para el collar y la placa de madera.

Se sentó de piernas cruzadas y bajó a la gatita, quien había pataleado ligeramente al estar incómoda y regresó al lado del pelirrojo, haciéndose ovillo sobre este. N la miró con cierta calidez, a pesar de que el comportamiento de la pequeña era extraño le transmitía una digna ternura. Pasaron un par de minutos antes de que volviera a encontrar miradas con Lavi, se había dejado llevar por su amor hacia los animales que se desconsentró de lo que estaba ocurriendo.

Lavi ya se veía algo más animado que antes, donde estaba callado y con una expresión de seriedad en el rostro. Estaría pensando en alguna cosa importante, seguramente. Recordaba que tanto él como Bookman lo hacían seguido, por solo un par de minutos, pero se notaba que dentro de su cabeza pasaba un torrente de información. A muchos les parecería extraordinario -Incluido N- mientras que para otros seria incluso increíble, pero si se analizaba desde su estatus como Bookman se volvía algo perfectamente normal. O al menos eso suponía.

-La placa ponía "Ma...", no se alcanzaba a leer bien el resto- Respondió, haciendo memoria -Pero... Diría que su nombre es "Marry" o algo similar-

Repentinamente y casi de la nada, el pelirrojo se levantó animosamente y le tendió un brazo, sujentando a la sorprendida Marry en el otro. Esta estaba boca arriba, con sus dos ojos amarillos abiertos de par en par, pero quieta, absolutamente quieta. Ni siquiera había soltado un pequeño maullido. N esbozó una leve sonrisa ¿Caminar? Parecía una buena idea, además de que donde estaban no era un lugar un lugar de lo más apropiado para charlar siquiera. Sin decir nada, se ayudó del brazo contrario para levantarse y ambos comenzaron una caminata. Se sorprendió al notar que el lugar estaba ya más iluminado por la luz de la luna llena, antes tapada con nubarrones negruzcos, que junto a su desaparición aclararon el cielo estrellado.

Permaneció un rato en silencio, la nostalgia hizo su aparición, ya diez años pasaron desde la última vez que habían estado juntos, caminando aunque sea. ¡Oh! Pero qué tiempos aquellos, no podría olvidar nunca las estúpidas riñas que tenían cada día, las cuales se resolvían solas a los pocos minutos. Extrañaba cuando ambos estaban aprendiendo juntos varios trucos mágicos que Bookman les enseñaba, al igual que sus competencias por ser el centro de atención del maestro. Ciertamente eran entretenidas, a pesar de todo. Y claro, también estaban los castigos del mayor hacia Lavi, entre las razones diversas de estas se encontraban las travesuras de éste, además de cuando le echaba el ojo a una que otra chica (?). Y hablando de Bookman, ¿Que había sido de él?

-¿Y qué ha sido de ti y Bookman? ¿Él está bien?- Preguntó por fin con curiosidad

Sin embargo, por alguna razón al preguntar sintió un nuevo apretón en el pecho ¿Era aquello un mal presentimiento? Se sentía como si no debiera haber dicho eso, era una sensación extraña ¿Acaso creía que le había pasado algo malo? No, no podía ser, por muy viejo que fuese, seguía siendo bastante fuerte pero... Los años son años, después de tanto tiempo no podía decir algo así con seguridad...

Sintió un gran nudo en la garganta formarse, sus malos presentimientos eran ciertos. La noticia lo había dejado impactado, perplejo. Tardó unos segundos en reaccionar ¿Realmente Bookman había... Muerto? Pese a que pasaron solo un año juntos, se encariñó bastante con el mayor. Pensó en un inicio que su fallecimiento fue de causa natural pero si Lavi estaba "trabajando" en eso quería decir que no fue así, había sido asesinado. Sin embargo ¿Cómo? ¿Quién? ¿Porqué? Aunque estuviera inmensamente triste, esas preguntas lo mantenían en suspenso. Quería saber más detalles, necesitaba saber más sobre la muerte de su maestro.

 -Lo siento... - Dijo al fin, bajando la mirada - Pero... ¿Cómo es que ocurrió?

No quería imaginarse ninguna escena innecesaria, por lo que se abstuvo a tratar de sacar sus propias conclusiones. Marry seguía ronroneando en brazos de Lavi, completamente ajena al asunto. Por dos segundos envidió la condición de la pequeña, completamente despreocupada, sin tener que tratar con esa clase de temas "delicados".
Repentinamente recordó a Ghechis, sin razón aparente, pero si se ponía a pensar en el tiempo desde la muerte de Bookman y el "incidente" coincidían sospechosamente...

Muerte por envenenamiento... Un crimen claramente premeditado, sigiloso. Y bastante seguro para el homicida tomando en cuenta que un niño podría comprar sus ingredientes con su paga sin que pareciese nada sospechoso. "Graynedd..." el nombre le sonaba, no era de extrañarse dado que hasta hace un tiempo era un noble, sin embargo, jamás se molestaba en aprender los nombres de esos egoístas humanos ¿Por qué ese apellido se le hacia tan... Conocido?

-Ghechis...- Musitó, parando en seco de caminar. Sólo con escuchar su nombre, sentía como si la cicatriz de su pecho se reabriera. Aún no lo había superado, para eso faltaba mucho. -... No lo sé... Hace tiempo que no escucho nada de él. ¿Sabes sobre aquel incidente de hace tiempo relacionado con la familia Harmonia? En ese entonces pasó algo terrible, realmente horripilante. Desconozco los detalles sobre lo ocurrido después de...- Hizo una pequeña pausa. Hablaba rápido, incluso un poco más que de costumbre, su tono de voz era neutro, sin ni rastro de emoción alguna. -Mi muerte.- Finalizó, sin moverse, con la mirada perdida en la nada.

Ya ni sabia que diantres estaba diciendo, no se le había pasado por la cabeza que Lavi pudiese tomar conclusiones erradas, estaba sumido en sus recuerdos. Esos amargos recuerdos... Esa infancia, no, esa vida manipulada por un solo ser, como si fuese una historia cuyo escritor desarrollaba a su gusto para llegar al final premeditado desde hace mucho. Pero ese hecho no lo haría dejar de culparse por lo ocurrido, porque se había dejado manipular. Quizá... Solo quizá... Si tan solo hubiera sido menos necio e ignorante, nada de eso habría pasado.

No se percató de en que momento Lavi se le había acercado, estaba casi desconectado de la realidad. Pero una vez que se sintió siendo estrechado entre sus brazos, recuperó la compostura. El abrazo extrañamente lo hizo sentir un tanto mejor, la calidez de este lo reconfortaba ¿Una sensación de aquello llamado "cariño", tal vez? Si, probablemente. Puesto que si sentía cierto afecto hacia el pelirrojo, de amigos, o de hermanos quizá.

-No te preocupes- Respondió por lo bajo, aparentemente algo desanimado, correspondiendo al abrazo.

Marry no se quedó atrás, trepó ágil y rápidamente por la espalda de Lavi, llegando casi inmediatamente a su hombro y acomodándose ahí, cual perico pirata. Llegaba a ser divertido verlos, puesto que el pelirrojo pegaba perfecto en el papel gracias al parche (?). N acarició a la gata con cuidado, ocasionando que esta ronroneara con alegría. 

-Sobre ese Graynedd...- Comentó de repente -Creo que lo conozco

Lo había estado pensando un rato, ese apellido no solo se le era familiar, sino que efectivamente lo conocía. No recordaba del todo de donde, pero debía ser alguien del que haya visto u oído repetidas veces dado su desinterés en la nobleza. De hecho, ahora que lo pensaba, de las pocas fiestas de clase alta a la que era obligado a asistir, se aislaba en un lugar donde no iba a ser molestado por coquetas damiselas -A las cuales se le era algo incomodo rechazar- o por otros varones en busca de una conversación. Afortunadamente Ghechis nunca le insistió que socializara con nadie, cosa que era bastante aliviadora.

Hizo una pausa antes de contestar, repasando sus recuerdos con cuidado, buscando entre ellos la respuesta que necesitaba. En su cabeza aparecía el esbozo de un rostro, no lo lograba ver de forma nítida, por lo que debió recordar de dónde le sonaba el nombre, obteniendo buenos resultados.

-Pues, no es una familia de lo más conocida, pero he escuchado ese apellido varias veces en mi vida- Dijo, algo extrañado por el tono usado -En los rumores que se oían por la casa, los sirvientes varias veces lo mencionaban relacionado de alguna u otra manera con Ghechis. A veces como amigo, y otras como cómplice-

Entretanto, Marry se acomodó en el hombro de Lavi, gracias a su pequeño tamaño, tenía el espacio justo para acomodarse. El pelirrojo invitó a N a participar en un plan como ayudante, tratándose de él, no tendría mucho problema en acceder. Pero aún así, debía saber primero de que se trataba.

-¿Qué clase de plan?- Inquirió. Esperando que no planeara asesinar a alguien.