Y Tal Vez...

Encontrarla, esa era la única palabra que pasaba por la mente de Antonio. — No puedo permitir que…— sonrió confiado, recordando la sangre que corría por las venas de ella. Era imposible que no lograra cuidarse sola, pero debía asegurarse que estuviera ella ahí. Gruño sin darse cuenta tras chocar por accidente con un hombre que llevaba algunas mercancías, al parecer, robadas. Se disculpa, apenas, antes de volver a emprender carrera en su búsqueda.

Un precioso atardecer se muestras como fondo tras el español el mercado comienza a perder su esplendor del diario y las tabernas comienzan a abrir pero aquello no le importa. No mira a la gente que asustada por las leyendas que rodean a los piratas, prácticamente escapan de él. No puede esperar a que su tripulación le alcance o ella podría ser encontrada por… — ¿por aquí? ¿Por allá?— se pregunto, al notar una bifurcación en su camino.

Sin pensar mucho tomo el lado que se veía más habitado, tal vez ahí podría encontrarla. Confiaba en poder lograrlo antes que fuese demasiado tarde. Antes de caer en cuenta había vuelto a sonreír, con la sola idea de poder reunirlos… sabia lo mucho que extrañaba a sus hermanos y como su puesto le impedía visitarlos…

Se sentía egoísta, en demasía, pero una sonrisa sincera de esa persona lo valía.

La italiana caminaba por el lugar solo mirando y comprando cosas para el viaje no era un lugar que frecuentara mucho pero era bastante conveniente comprar ahi, siendo seguida de lejos por dos miembros de su tripulacion que llevaban aquello que compraba miraba a su alredor y seguia caminando con la sonrisa tan caracteristica en ella
-si desean pueden ir a dejar eso al barco yo quiero quedarme aqui un rato
le dijo a los dos hombres que despues de varias negativas de ellos en dejarla sola aceptaron pero diciendo que regresarian lo mas pronto posible entonces ella ahi entre esa multitud de gente solo miraba con un tanto de nostalgia extrañando un poco su hogar y bastante a sus hermanos decidio seguir dando ligeros pasos y recuperando de nuevo su sonrisa al oir detras un alborot que hizo voltear su mirada
-¿que es lo que sucedera?
miro y solo vio a un chico correr entre la multitud y por lo que se veia en su rostro algo desesperado, de un mometo a otro sonreia como si aquella preocupacion momentos antes se esfumara le parecia algo curioso y gracioso a la vez asi que no pudo evitar mirarle y reirse un poco

Suspiro levemente con alivio, ahí estaba ella; idéntica a su hermano y probablemente también a los demás. Cuando sus miradas chocaron ella había reído y Antonio creyó morir e ir al cielo... aun que aquello era técnicamente imposible. Acelero el paso llegando rápidamente con la joven sonriente como siempre.

Dio una ligera reverencia a la señorita —Señorita ¿Sos vos la Señorita Isabella Vargas?— pregunta con cuidado, su voz es firme pero amable, está bastante feliz de no haber llegado tarde. No puede evitar que su mirada se pase de un lugar a otro buscando la presencia de la joven bruja que estaba en caza de... —disculpe mi falta de cortesía— rio más relajado al notar que no estaba. Era un pirata, pero sabia tratar a una dama— soy el capitán Antonio, un aliado— aclaro, antes de que ella lograra malinterpretarlo.

Dio una rápida mirada, fantaseando un poco sobre cómo se vería su adorado italiano si fuera una preciosa señorita... aun que le fascinaba aquella imagen estaba feliz como eran las cosas...

Aun mirando al chico y riendo aun un poco vio como se acercaba hacia ella tal vez la habría notado y se él habría molestado eso hizo que un escalofrió recorriera su nuca no era bueno iniciar una pelea y menos con tanta gente cerca, aunque, cuando se acerco lo suficiente su preocupación paso a ser sorpresa al dar este una reverencia y mencionar su nombre
-s...si mi nombre es Isabella Vargas
dudo un poco al hacer esta confirmación y antes de que pudiera cuestionarle otra cosa se presento como el Capitán Antonio eso calmo un poco mas sus nervios y mas al oírle que era un aliado no parecía molesto en lo mas mínimo o por lo menos no lo demostraba así que si no era ese el motivo de que se acercara a ella ¿cuál sería?
-un gusto conocerle Capitán
Sonrió para hacer una reverencia e incorporándose de nuevo miro al chico
-disculpe puedo preguntarle ¿Cómo sabe mi nombre?
Debía ser precavida eso lo sabía de sobra aun entre piratas existía la traición y aunque tal vez el chico no parecía alguien con malas intenciones no estaba de mas andarse con cuidado

Normalmente no habría notado como la joven se retraía un poco, pero tras vivir tanto tiempo con Lovino había aprendido alguna que otra cosa. Le había confirmado: era ella. Sonrió para si al saberse en lo correcto.

Una adorable reverencia, aquella mirada castaña que mostraba una tierna inocencia, una sonrisa amable... Antonio se sentía a morir de tanto dulce que desbordaba la joven capitana. Se aclaro la garganta, buscando la forma de explicarle mas tranquilamente. —Señorita Isabella, vengo a llevarle donde su hermano mayor, vos y vuestros hermanos se encontráis en un... —no encontró palabra correcta para describirlo— hay alguien que sabe que estáis con vida y desea eliminaros— no sabia como alguien querria dañar personas tan... hermosas como los hermanos Vargas, pero estaba conciente que debian moverse, no estaban a salvo en aquel lugar. —Por favor, seguidme— Tendió su mano a ella sonriendole dulcemente, en cualquier momento podrían ser encontrados por la Bruja...

Miraba al chico curiosamente apesar de ser una capitana no consideraba que fuese muy conocida ademas de que el la buscara con tanta insistencia debia tener un motivo y al escuchar las primeras palabras que le dijo su rostro se ilumino, mostro una gran sonrisa de asombro y alegria pero al oirlo continuar se mostro algo desconsertada ¿alguien queria eliminarlos a ella y sus hermanos? no podia imaginar que alguien quisiera hacer eso
-esta bien Capitan Antonio le seguire, porfavor lleveme con mis hermanos
tomo la mano del chico y sonriendole emocionada de volver a aquellos que habia perdido hace tanto tiempo antes de eso avisaria a su tripulacion de que se iria con el y por supuesto sabia de antemano que no la dejarian ir sola aunque si asi podria ir no le importaria

Entendió por un momento las muecas de Isabella, seguramente estaría mas que confundida por que el llegara de la nada; hablándole sobre verse con sus hermanos y de peligros extraños. Se sintió inclusive mas seguro al verla aceptar. — Entonces debemos apurarnos— le guió con rapidez al puerto, tomando uno que otro camino alternativo.

Miro de reojo una joven con vestiduras oscuramente extravagantes sonreía y hacia una seña con un dedo: "Shhh" ¿Silencio? se pregunto internamente. La reconoció de un momento a otro por lo que apretó el paso dando vuelta hacia otra dirección. —Nos han pillado, por aquí señorita— no podía dejar que siquiera se miraran la una a la otra. Debía ir al barco, tenían que llegar antes de que ella los alcanzara.

Reviso con una mano su arma... una espada y dos revólveres. Y entonces maldijo. Primero por ir solo, segundo por no ir bien armado y tercero por que sintió como se detenían de golpe y al mirar hacia atrás, tomando la otra mano de la italiana, se encontraba la misma joven mostrando mas ampliamente aquella sonrisa. Un gran y oscuro sombrero le cubría el rostro por encima de la nariz...

El español solo menciono que debían apurarse iban a paso rápido hacia el puerto así que ella trataba de seguirle lo mejor que pudiera él era su última esperanza y no quería dejarla ir, de un momento a otro acelero mas el paso y extrañamente dando vuelta en otra dirección ahora resultaba un poco mas difícil seguirle pero no quería molestar innecesariamente debía estar a su paso como fuese, fue cuando escucho que los habían pillado
-Capitán Antonio ¿Quién...?
no pudo terminar de hablar cuando sintió que alguien jalaba su mano haciendo que se detuviera y se asustara un tanto
-vee~ ¿Q...quién es u...usted? ¿C...capitán Antonio la c...conoce?
se encontraba desconcertada, asustada y algo agitada que apenas y podía hablar primero miro a aquella joven con esa sonrisa que le producía escalofríos y después puso su mirada en el español no entendía nada y eso le producía aun mas nervios

El español trago duro al ver que la joven Isabella había sido atrapada. Simplemente todo estaba cayendo demasiado rápido y ya no le quedaban ideas. Todos estaban dispersados y tardarían al menos un cuarto de hora en llegar a ese lugar. —Si, tengo la desgracia de conocerle —hablaba claro y suave, sin mostrar que le alteraba. — Señorita Isabella cúbrase— pidió, dando un rápido tiro donde se encontraba la bruja. Fallo. Suspiro frustrado sabiendo que las armas de fuego no eran ni su fuerte ni la debilidad de ella.

Una risilla fue la respuesta de ella, soltando a la italiana por fin y levantándose el sombrero mostro unos hermosos ojos jade siendo enmarcados por hebras rubias. — Konichiwa Isabella-sama. He venido por usted— la forma de hablar mostraba un acento ingles forzado de un hablante del japonés. Antonio gruño por lo bajo, desagradado de la presencia de la joven. — Señorita Isabella no le haga caso, debemos apurar— comenzó. De ella dependía si seguirían aquel demente juego que les ponía la sabia o si por fin se librarían de el.

Jalo a Isabella con cuidado buscando que le siguiera. — ¡Deja de tocarle, Akuma!— exclamo colérica causando confusión en el hispano. La palabra se repitió en su mente y por alguna razón creyó entender el significado de esta.

Cada vez se sentía más asustada y su cuerpo temblaba cosa que hacia su miedo más evidente, el español la conocía eso le dijo, y por como lo había dicho no era alguien agradable para el después de manera sorpresiva le pido que se cubriese, con pocos segundos de reacción se hizo algo hacia atrás y escucho la detonación cosa que hizo que se asustara aun mas dando un leve grito ahogado, pero esto hizo que la chica soltase a Isabella y en un acto rápido se puso detrás de Antonio, miro como aquella chica mostraba su rostro para que ella después le dirigiera unas palabras
-¿Ha venido p…por m…mi?
Tartamudeaba al hablar y solo se limitaba a mirar a la chica y al Capitán Antonio sin entender nada en absoluto, la manera en que la chica hablaba le resultaba extraña y no era de alguien que ella lograse recordar, después el español le dijo que debía apurarse ella le seguiría sin lugar a dudas pero la chica no estaba conforme con que nos fuésemos se notaba en su tono de voz y menciono una palabra de la cual recordaba vagamente lo que significaba , tomo la mano de Antonio y le miro con esos ojos que no mostraban nada más que solo temor, incertidumbre y suplica
-Quiero irme de aquí, esa mujer me da miedo…n…no logro entender nada y no quiero hacerlo
Sus palabras eran más que nada de miedo y frustración haciendo que se acumularan unas leves lagrimas en sus ojos