A la busqueda de piratas [Privado/Emilly]

Salio a la cubierta despues de estar varios dias tratando a un prisionero. Su casaca blanca estaba manchada de sangre, al igual que su rostro y su espada, pero no le importaba y a nadie de la tripulación le importaba. Todos sabian que cuando se trataba de un pirata o de un sabio, el Cápitan Thoris no tenía piedad, se convertia en el ser más despiadado y sanginario tal vez de toda la faz de la Tierra. Se subio agilmente hasta donde se encontraba el timón. La tripulación, con su sola presencia se empezo a reunir y eso que el no habia pronunciado ni una palabra. Una sonrisa malvada asomaba por sus labios y cuando sonreia asi solo podia significar una cosa.-Señores, el pirata a muerto

Los gritos de júbilo casi le dejan sordo, pero no le importaba. Él era el temor de los piratas, en lo que llevaba de año había capturado a casi todos los piratas más peligrosos del momento y a algun que otro sabio, solo por diversión. La venganza todavía birllaba en sus ojos verdes y tenía toda la eternidad para llevarla acabo.-Ire a cobrar la recompensa y a buscar a nuestra siguentre presa...Pero esta noche haremos una fiesta para celebrarlo-Mientras que todos se felicitaban unos a otros, como una sombra bajo hacia las mazmorras donde su hermano ya estaba liberando al cadaver-Me encanta esta faceta tuya, estupido-Thoris no dijo nada, no iba a discutir con Liet cuando estaba tan contento.-Metelo en un saco y cuidado con la cabeza, es lo que nos sirve para que lo reconozcan y nos paguen-El otro solo asintio y él entro en un pequeño cuarto donde podria cambiarse y quitarse la sangre de encima.

Dejo la chaqueta colgada, sin preocuparse por limparla, asi imponia más cuando el siguiente pirata viera a quien se enfrentara y se lo pensara dos veces antes de llamarle pequeño. Se limpio la cara y se puso la chaqueta habitual, una verde con botones durados y un sombrero del mismo color con los bordes de oro, regalado todo esto por un marinero griego al que había ayudado a librarse de los piratas que no dejaban más que robarle la mercancia. Cuando salio, ya bien arreglado y fingiendo su habitual sonrisa amable se cargo el saco del cadaver, subio a cubierta y bajo a puerto para dirigirse a casa del gobernador para poder cobrar la recompensa.

La gente se giraba al verle gotear sangre del saco, pero casi nadie se asustaba, algunos hasta aplaudian de que hubiera matado a un pirata. Pronto llego a casa del gobernador y le tendio el cadaver del pirata. Repugnado por las malformaciones fisicas que había sufrido pronto le dio el dinero acordado, que era bastante. La gente podia decir que era un caza fortunas, pero el solo servia a los nobles más ricos, cuanto más dinero, mas enemigos y más piratas para maltratar para él. Salio de la casa y observo los carteles de busqueda y captura de los piratas que asolaban esas tierras y arranco el cartel del que acaba de matar, un pequeño fetiche suyo. Se quedo observando todo en silencio, buscando cual seria el siguiente en caer bajo su espada.

La sirena se encontraba con una sonrisa enorme mientras veía cerca la costa, no por dejar el mar, más bien por aligerar la carga. Ella era conocida en su tripulación por creer ser la héroe y también por la piedad. No podían creer como alguien con su fama no mataba piratas y su ley de vida por vida.

El barco ancló cerca de la costanera, mientras ella bajaba de su navío con un hombre encadenado de brazos y piernas, con un collar de acero en el cuello del cual la capitán le tiraba para que avanzara. La gente miraba al hombre y le arrojaba cosas, le gritaba insultos y lo despreciaba. Mientras que el pirata llevaba la marca color turquesa en su rostro, obra de la capitán apodada del mismo nombre. Una maña suya de capturar y dejarlos con un marca para que en su ejecución pública, todos supieran que "Turquoise" había sido quién dio casa al sujeto.

Llegó hasta donde la nobleza, entregando a hombre mirándole con lástima, dialogando poco con la realeza más para responder.- Acordamos que traería al individuo vivo o muerto, pero yo no me encargaré de derramar su sangre y ensuciar mi nave. -Dijo a respuesta del porqué no había dado muerte con el pirata. Ella tenía una fama enorme, de primera por ser mujer y la segunda por subestimarla. El error fatal de todos, subestimarla era perder la batalla.

Se retiró luego de tener el dinero y rechazando la oferta de capturar de cierto pirata conocido por ella, no juzgó que amistaría con alguien así. Ella misma se subestimó con esas relaciones, pero puede vivir sabiendo de que no todos los piratas son malos ni todos los mercenarios son unos resentidos. Muchas veces creía que los demás capitanes reales eran unas bestias, ir tras personas con un odio profundo a estas sin conocerles. Por lo menos, para ella y según ella, mantenía una imparcialidad alegre.

Sonrió y saludó a otro capitán real, se notaba por los emblemas que traía.- Hi~ -y ese fue su diálogo para con él, aunque le tenía un aire familiar o quizás conocido, ella era a veces tan distraída que se le olvidaba, por lo cual le quedó mirando la espalda por unos segundos, como esperando que se diera la vuelta, la saludara y le recordara quiénes son.

Se meso levemente una barba imaginaria mientras pensaba a quien podia capturar. Observo todos los carteles hasta que uno le llamo la atencion. N-No era posible....¡Ese hombre no podia haber vivido 200 años como él! Arranco el cartel con furia. Era aquel sabio. Rata asquerosa, se había estado escapando de él pero ahora iba a saber quien era y lo que había aprendido por su pequeño "regalo".

No lo dudo ni un segundo. Se hizo un corte en el dedo y volviendo a colocar el cartel en su sitio grabo sus inciales con sangre. Decian que le habian avistado en el Báltico. Bien, ahora si que se iba a cobrar venganza por destrozar su vida. Aunque ahora que lo pensaba, le podia ayudar a librarse de cierto personaje odioso. No sabia si tendria tanto control como para no lanzarse a matarlo.

Se sorprendio un poco al notar que le saludaban-S-Sveiki...-Fingio estar nervioso, pero despues de haber visto a ese desgraciado lo que más sentia era odio, un odio insano, si, pero es que se la tenia jurada, aunque ahora fuera un viejo decrepito. Observo a la chica, que parecia ser capitana. Eso era extraño, pero bueno, habia visto a alguna chica en la academia, cuando él estudiaba. Habia una...chasco la lengua, ahora no le salia el nombre...Bueno, ya le vendria.

-¿I-Iba a mirar a-algo, señorita?-se aparto levemente del tablon para que la otra pudiera observarlo. No sabia si su nerviosismo era fingido o en verdad estaba nervioso para que no se le notara el odio que sentia en este momento. Le gustaria pensa que es la primera, eso le convertiria en buen actor

Unos lentos segundos pasaron bailando entre ellos, mientra l aire se hacía más pesado y la cara de la chica parecía inescrutable, pero ella sabía que lo podía conocer. No sabe bien, pero le parece familiar... ¿dónde? Quizás sólo un vacío mental y nunca lo vio, sí, eso era.

-No, don't worry, Haha!! -forjó un poco la risa, pero de ella era imposible adivinar sus risas cuando pasaba el día feliz.- Just.. sólo me quedé pensando, byebye~ -pero se quedó mirando esa parte llena de anuncios, viendo caras desconocidas y conocidas, viendo los precios. Había uno que le era familiar, lo conocía de vista y sabía por donde andaría: el caribe. Era fácil para ella ir a ese lugar, lo hacía casi como los mismos piratas ya que algunos españoles ni notaban su presencia. Lo miró unos segundos y luego se fue, pensando en si iría a por él o por otro... de todos modos esa no era su labor, ella mandaba a su mano derecha a hacer esas cosas y aprovechaba de traer una foto. Así sabía a quién eliminar.