Recuerdos y encuentros(Privado Firo)

Suspiró y miró las calles de la ciudad en la que había vivido por apenas dos años y las veces por las que había paseado por ella se podían contar pero, aún así, podía caminar por ella sin perderse por el simple hecho de haber recorrido sus callejones cuando era pequeña y, al ser tan pequeña cuando estaba allí, haber desarrollado ese instinto de nunca perderse por esos rincones de esa ciudad.

Alzó la vista viendo un castillo a lo lejos pero apartó la vista lo más rápido que pudo sintiendo como un dolor le oprimía el pecho. En ese castillo había perdido a la única persona que le quedaba después de la llegada de aquellos piratas a su casa, después de haber sido separada de su hermano y su padre, después de haber sido vendida.... En ese castillo había perdido a su madre, o mejor dicho, en ese castillo su madre la había abandonado para quedarse con... con él.

Se llevó la mano a su pelo, en aquel momento suelto como acostumbraba, para intentar calmarse un poco. La calle no era el mejor sitio para ponerse a pensar en el pasado, en aquel pasado dónde lo conoció a él y dónde llegó por primera vez a aquel castillo, por lo que miró a su alrededor viendo una taberna y entrando a esta. Estaba totalmente llena e incluso si pensaba por unos momentos podría reconocer a la perfección a algunas personas de las que allí estaban.

Pero, en ese momento ni en cualquier otro, no quería ser reconocida por nadie. Se sentó en la mesa más apartada del local cubriéndose con su pelo intentado evitar que los demás no le viesen el rostro y la reconociesen.-Sólo dame una cerveza-Le pidió al camarero cuando vino a atenderla sin siquiera mirarle. No quería que la gente supiese que ella había vuelto. No quería que supiesen que la pequeña criada de los Prochainezo, la que apenas tenía 8 años y se había escapado de allí junto a un par de mercenarios, había vuelto, y menos que él y su madre se enterasen. Porque en verdad y aunque nunca lo admitiese, nunca buscó a su madre y siempre supo que si quería encontrarla tenía que buscar por este pueblo porque, la odiaba por haberla abandonado para quedarse con él. Para quedarse con Firo y su padre.

Todavía recordaba a la perfección el día que se separó de ellos. Al igual que recordaba a la perfección el día que lo conoció....

Sentía miedo y no podía dejar de ocultarse tras su madre abrazándola con fuerza. Hace apenas un mes la habían separado a la fuerza de su familia, la habían vendido y ahora estaba frente la puerta de la casa de la familia que las había comprado, a ella y a su madre, según había sabido anteriormente se trataba de la familia Prochainezo......

Tosio varias veces debido al polvo. Menudo dia habia elegido para arreglar el sotano, pero debia hacerlo, primero su padre y luego él habian ido acumulando alli todo tipo de objetos rotos o inservivbles en vez de tirarlos. Encendio una lampara de aceite y empezo a examinar los objetos que alli habia.

Encontro una pequeña espada de madera con la que jugaba de pequeño, tambien encontro la antigua armadura de su padre, un prendedor de su madre biologica, varias cacerolas de barro, algunas rotas y otras quemadas y varios cuadros. Al encontrarlos dejo todo lo demas y subio hasta el salon con dificultad cargando como podia aquellos cuadros

Pidio estar solo y cerro todas las cortinas, quedando sumido en una absoluta oscuridad, pero aun asi el veia con todo detalle. El haber estado encerrado toda su infancia en un cuarto oscuro le habia enseñado a ver en la oscuridad, aunque sus poderes demoniacos tambien le ayudaban.

Con cuiado empezo a retirar la tela que cubria los cuadros y casi se desmaya al ver que el primero era un cuadro de su padre. Pensaba que habia tirado todos y el pueblo los habia quemado, pero a lo mejor alguna sirvienta los habia salvado. Le tenia miedo a su padre. Los dos eran totalmente opuestos, su padre era un hombre despotico, siempre pendiente de su imagen y de lo que van a decir de él, mientras que él solo era un cobarde que buscaba el bien de los demas.

Escondio el cuadro debajo de la mesa y siguio observando los otros. Encontro uno de su madre biologica. Pequeñas lagrimas salieron de sus ojos ya que nunca habia visto una imagen suya, su padre no queria mostrarsela al que consideraba el asesino de su unico amor, aunque fuera una demonio. El ultimo cuadro fue el que rompio su fragil autoestima. El cuadro mostraba una familia feliz, pero el sabia que era mentira. Su padre, con la armadura de la cual estaba orgulloso y el emblema de la antigua dinastia Martillo en el pecho. A su derecha su madre adoptiva, esa que su padre la compro para que tuviera una figura materna como deseo su difunta su madre y él en el medio. Por peticion expresa de su padre pidio que su negra cola de demonio no apareciera, para no avergonzarse delante de sus amigos de que su hijo era diferente. Pero en el cuadro habia algo que faltaba, al lado de la madre habia espacio para una persona más, para una niña de su misma edad, para Isa-chan.

Las pequeñas lagrimas se transformaron en un amargo llanto. La echaba tanto de menos. Aunque solo habian pasado dos años juntos, pero para él es como si la conociera de toda la vida. Recuerdos vinieron a su mente, de todo lo que habia vivido y cuanto habia desado volver a encontrarse con ella. Como pudo se sento en un rincon del salon, pensando en como recibio la noticia de que tendria una madre...

Estaba feliz por la noticia de que su padre le habia consegido una madre y una hermanita para jugar, pero siempre le dejo bien claro que no debian saber nada de su pequeño problema. Lo llevo a su habitacion, diciendo que mientras él estaba en clase habían llegado. Entro primero en la habitacion y cuando se dio cuenta que habia sido engañado intento salir, pero estaba encerrado. Empezo a golpear la puerta con las pocas fuerzas que tenia mientras que por la escaleras solo se oian los pasos de su padre direccion a la puerta.....

Ella aún no lo había asimilado. Aún no había asimilado el haber sido separada, con su madre, de su hermano y su padre, de aquellos que consideraba su única familia. Todavía su pequeña mente de seis años se pregunta qué habría pasado si hubiesen huido de allí en el momento que supieron que aquellos hombres les buscaban, todavía se pregunta si sería libre y no una esclava o sirvienta o fuera lo que fuese que iba a ser allí, todavía se preguntaba si podría seguir con ellos. Con toda su familia al completo.

Sintió un ligero apretón de manos y alzó la vista viendo a su madre sonriendo tiernamente, intentando infundirle valor y decirle que no pasaba nada que allí estarían bien y que no las separarían, que todo se arreglaría pronto y volverían a estar los cuatro juntos, toda su familia al completo pero todo eso era mentira...

"...una vil mentira porque ni ahora estamos los cuatro juntos...."

Ese pensamiento resonó en la mente de la española y su mirada estaba perdida en cualquier punto de la taberna mientras se volvía a preguntar aquella pregunta que llevaba tantos años sin formularse..."¿Qué hubiese pasado si...?"

El sonido de la jarra de cerveza sobre la mesa la sacó de sus pensamientos haciendo que viese algo sobresaltada al mesero. Y con una voz algo tosca y con una pequeña sonrisa le preguntó qué pasaba por su mente para estar tan concentrada en aquel lugar lleno de ruidos y con una simple frase le respondió-Viejos recuerdos de este lugar... Jefe....-le mostró una pequeña sonrisa intentando demostrar que estaba bien y tras ver que el mesero volvía a su lugar se inundó de nuevo en sus recuerdos....


-Estoy bien, mamá-le devolvió la sonrisa intentado demostrarle que esas palabras eran ciertas y dejando de lado esos pensamientos, más que todo para que aquellos guardias que las trajeron hasta allí no hiciesen nada contra ellas.

Pronto abrieron la puerta mostrando a un hombre con ropa de seda y un pasillo totalmente decorado tras de él.

Sigio aporrenado la puerta hasta que se hizo daño. Se dirigio corriendo hacia la ventana, pensando en saltar, pero estaba cerrada con clavos. Intento arrancarlos, los mordio, incluso lo intento con su cola, pero era inutil, volvia a estar encerrado.Se acurruco en una esquina. Era su sitio favorito, hay sentia que solo podia ver a la gente vener de frente, aunque lo acorrolabla totalmente. Él no queria ser diferente, todo habia ido bien hasta que cumplio los 4 años y aquella cola hizo su aparicion. Era en estas veces cuando sentia que en verdad odiaba a su padre.

Sigio llorando cuando noto que alguien le revolvia los cabellos, intentando consolarle. Levanto levemente la vista para ver a una mujer de ojos rojos. Sonrio, siempre le agradaba la compañia de Ennis, aunque su padre pensaba que era su amiga imaginaria. Noto como estaba cerca de la puerta y con un simple chasquido se abrio. Sonriente se levanto del suelo y tras un gesto de gracias salio corriendo direccion al pasillo....

El olor a azufre lo saco de sus pensamientos. No se se levanto ya que sabia que su tía Ennis habia aparecido en la habitacion. En verdad le debia mucho. Siempre estaba con él y le hacia los castigos mas llevaderos. Con el paso de tiempo descubrio que eran familia y que su padre lo sabia, solo que queria alejarlo de aquel mundo

Notaba sus manos frias por debajo de su ropa, pero ahora no tenia ganas de sus cariños. Se aparto a la fuerza y eso fue suficiente para ella.-Cuando te vayas, llevate el cuadro que esta debajo de la mesa-El olor de azufre desaparecio tan rápido como habia aparecido. Sacudio la cabeza y siguio pensando en aquel encuentro....

Camino sigilosamente por los pasillos, si su padre le descubria se podia dar por muerto. Tenia lo ojos acusos, no porque tuviera miedo, sino porque tenia que llevar su cola atada cuando iba por el castillo y le hacia mucho daño. Casi sin quererlo llego al recividor donde vio a su padre y a dos personas mas.

Dejando de lado su miedo se acerco sigilosamente hasta quedar detras de su padre. Le empezo a tirar de la capa para que le prestara atencion-¿Son ellas, padre?-Nunca habia visto a una persona de su edad y menos a una niña. Su corazon empezo a latir con fuerza, sentia algo que no sabia describir...

Su madre empezó a hablar con aquel señor pero no le prestó la menor atención a aquella conversación. Estaba concentrada en otra cosa. En un olor, una sensación. Sintió como su garganta empezaba a escocer como si le pidiese algo, algo que debería ser normal para ella tomar pero aún así rara vez lo tomaba y cuando lo hacía no era consciente de que lo tomaba. Inconscientemente se llevó una de sus manos a su garganta y le tiró suavemente de la ropa a su madre para que le prestase atención-Ma-mamá...-Esta la miró y después abrió los ojos mientras buscaba una especie de botella de un contenido rojo y después se la dio para que bebiese.

La pequeña sonrió feliz al ver la botella que para ella era de zumo de tomate, aunque su contenido era totalmente distinto, y después procedió a beberla ignorando la mirada de reproche que le mandó aquel señor.

La española se llevó la mano a la garganta preguntándose qué fue lo que en aquel momento le dio a beber porque con el paso del tiempo y tras haber probado los distintos zumos de tomate que había por todo el mundo ninguno era como los que le preparaba su madre por lo que llegó a un punto en el que se preguntó qué eran en verdad aunque nunca halló aún la respuesta....

Cuando sintió su sed saciada le devolvió la botella a su madre y tras eso pudo apreciar como un niño más o menos de su edad entraba en la habitación. Según cómo le hablaba a ese señor le pareció que era su hijo aunque, a ella, le dio una impresión totalmente distinta a la del padre. Él parecía ser mucho más tranquilo y más tímido y, a pesar de ser ella de una clase social más baja, lo veía más al pequeño como un igual que a los que se suponían que eran de su clase, y por tanto, sus iguales, aunque en verdad al padre del rubio lo veía como si fuese alguien inferior aunque en verdad fuese superior al ser él un noble.

Se acercó con curiosidad al niño mirándole de arriba a abajo totalmente curiosa. Se veía totalmente adorable a sus ojos como todos los que eran como ella o más pequeños por lo que o pudo evitar abrazarlo-¡Eres tan adorable~!-exclamó abrazándolo más fuerte.

Sonrió levemente al recordar eso... Aún ahora tenía cierta obsesión con los niños de esa edad y más pequeños, y lo reconocía, pero se le hacía imposible el no comportarse así.

Un olor inundo sus fosas nasales. Ya habia olido algo parecido pero no sabia decir con exactitud que era aquello, aunque la niña lo bebia como si fuera agua. La miro celoso. El queria una madre que le quisiera, o que su padre se preocupara por él y no le pegara y que le apreciera tal y como era.

Se quedo parado cuando le abrazaron. ¿Que...que diablos hacia? No se conocian de nada, ademas se sentia desprotegido y a su merced. Sin darse cuenta el nudo con el que su cola estaba atada se rompio y la empujo con la cola a la otra pared. Se llebo las manos a la boca, pensando en lo que habia hecho. Nunca penso que tenia tanta fuerza ni que le podria hacer eso a la unica persona que estaba siendo amable con él. Noto la mirada de odio que le dirigia su padre. Ahora no pensaba en las consecuencias de su accion. Salio corriendo hasta la chica.-¿E...Estas bien?-Le tendio la mano con una sonrisa, pese que sus ojos estaban llenos de lagrimas

Ahora mismo se preguntaba porque habia reaccionado asi. Solo era una chica que le mostraba su cariño y tal vez algo mas y él habia sido cruel, como su padre. Se abofeteo a si mismo por haber hecho eso. Ahora mismo se arrepentia de hacerlo. Seguramente asi se gano su enemistad. Ahora mismo le hubiese gustado pedir perdon, pero era demasiado tarde....

Noto como alguien le cogia en brazos y empezo a llorar a lagrimones al ver que era su padre. Empezo a pegarle puñetazos que logicamente no servian para nada. Sabia lo que pasaria ahora. Estaria un monton de dias en las madmorras con solo un mandrugo de pan y una jarrita de leche como un verdadero prisionero.

Se giro hacia la señora que ahora ejerceria el papel de su madre, pidiendola ayuda con la mirada, pero se quedo quieta. Sabia lo que pasaba, su padre daba demasiado miedo. Sigio gimoteando e incluso golpeandole con la cola, pero todo era inutil. Se dejo caer vencido en los brazos de su padre, aceptando su destino...

Se quedó paralizada por unos instantes. Había pasado en unos instantes de estar abrazando al chico a estar en el suelo con su espalda contra la pared. Lo que más le extrañaba es que apenas había sentido el golpe y no le dolía nada, lo cual era más extraño aún porque había un pequeño agujero en la pared del golpe.-¿Uh? S-si estoy bien-le contestó devolviendole la sonrisa, preguntándose por qué lloraba y aún algo en shock por el golpe.

Se tocó la espalda preguntándose por qué aquel golpe no le dolió si dejó aquella marca en la pared. Según había visto lo normal era que ese tipo de golpes doliesen mucho e incluso, en algunos casos, llegase a dejar inconsciente a la persona que los sufre....

Iba a preguntarle por qué lloraba y a aceptar su mano para levantarse justo cuando vio cómo lo alzaban y él luchaba por soltarse. Miró a su madre preguntándole qué hacer pero aún así esta no le decía nada que pudiese hacer, es más, ni la miraba, únicamente miraba a ambos sin saber qué hacer, tal vez por temor, un temor que ella no comprendía.

Lo miró y un pequeño recuerdo vino a su mente recordando el momento en el que la separaron de su hermano. Sin poder evitarlo corrió hacía ellos y le agarró la pierna al padre de aquel niño intentando detenerle sin saber muy bien el por qué-¡No! ¡S-sueltale!

Oyo la suplica, pero sabia que era inutil, solo esperaba que su padre no la hiciera demasiado daño. Su reaccion no se hizo esperar, se libro de la niña con una patada, haciendo que incluso sangrara. Noto los pasos apresurados de su madre para ir a recogerla. Realmente lamentaba que las dos estuvieran alli, pero en verdad queria alguien que le cuidara y no fingiera que le queria.

En cuanto estuvieron solos, la fachada de su padre desaparecio. Lo tiro al suelo y lo piso. Intentaba levantarse pero su padre le presionaba y era mas fuerte-Pa-Padre...-Un grito de dolor interrumpio su ruego. Su padre le tiraba de la cola, con tanta fuerza que creia que se la iba a arrancar...

Incoscientemente se llevo la mano a su cola. Habia pasado tanto por su culpa, pero ahora en verdad le era muy util. Habia entrenado con ella lo suficiente para que le sirviera como una tercera mano. Ademas todos en el pueblo le conocian por ella y extrañamente de lo que creia de pequeño, no le temian o fingian muy bien...

Los gritos del pequeño se podian oir desde todo el pueblo. Lloraba pidiendo ayuda a Ennis e incluso a su madre muerta. A cada grito su padre presionaba aun mas. No supo cuanto tiempo estuvo sufriendo. Solo cuando dejo de pisarle se fue a su rincon a llorar mientras que su padre volvia al pasillo...

Sonrió cuando escuchó la voz del pequeño y se le empezó a acercar lentamente no queriendo asustarlo.-Soy Isabel....-hablaba torpemente, lo normal en una niña de su corta edad.

Se quedó quieta por unos instantes al escucharle.-No... tú no eres ni serás mi hermano...-Bajó la mirada y se abrazó a sí misma. Ella ya tenía un hermano y no estaba dispuesta a cambiarlo por ningún otro. Antonio, Toño, él era su hermano y recientemente lo había perdido... pero haría cualquier cosa por encontrarle y volver a estar con él... Él era irreemplazable y estaba segura de que pronto lo vería de nuevo ....

Aunque en verdad pasaron dieciocho años para poder encontrarlo no se arrepentía de nada... Después de todo había logrado encontrarle y estaba segura que si se hubiese quedado allí no lo hubiese encontrado nunca...

-Lo siento pero... yo ya tengo un hermano, de hecho es mi gemelo, y no estoy dispuesta a cambiarlo... Sé que pronto volveré a estar con él pero, si quieres, podríamos ser amigos... dí, ¿quieres?-alzó la mirada sonriendo a pesar de que su mirada mostraba claramente tristeza al recordar el día que fue separada de su familia...

Asintio cuando le dijo que ella no queria que fueran hermanos. En verdad no queria que fueran hermanos. Sabia que siendo hermanos, lo que sentia seria algo extraño. -Isabel... ¿Podria llamarte Isa-chan?

A él siempre le había gustado poner motes o apodos. Su padre era Berga Prochainezo A saber de donde se saco ese mote, en vez de ser Ladd. Su madre Lua, para él y su padre siempre fue nombrada como "La flor de nieve", segun su padre por su delicadeza, segun él pensaba, por la belleza que segurmente tendria.

-A..A mi me solian llamar Fi-Sonrio levemente con el recuerdo de la señora mayor que le cuido cuando era niño. La tenía mucho aprecio y lamento mucho su muerte.

Recordo el tiempo cuando se llevaba bien con su padre y él le llamaba Fifi. En verdad nunca le habia gustado, pero en ese momento, lo que mas le hubiese gustado seria llevarse bien con su padre. Tener una relacion padre-hijo normal y que algun dia le dijese "Buen trabajo Fifi"

-Estaras siempre conmigo,¿verdad Isa-chan?-En verdad esperaba que asi fuera. No queria estar solo con su padre. Aunque sabia que el ser Medio demonio le iba a condicionar bastante. Se alegraba de segir en le penumbra y que su cola no se viera

Decidió que era mejor dejar de recordar al resto de su familia porque estaba segura de que si lo hacía se pondría a llorar de lo mucho que los extrañaba y porque quería volver a estar con ellos fuera o como fuese que podría lograrlo.

Se confundió un poco con aquella forma de llamarla. ¿Isa-chan? Nunca la había escuchado ni para ella ni para cualquier otra chica. Sólo había escuchado, por parte de su padre, que en Cipango era una forma en la que se llamaban algunas personas, añadiendo "-chan" u otras cosas. Aunque....-¿Uh? Vale, como quieras-ella nunca le había dado mucha importancia a eso de los motes ni en las formas de llamarse entre unos y otros después de todo ella también ponía a veces unos motes bien raros.

Se mordió el labio al escuchar el mote de "Fi", le recordaba al nombre de una mascota pero no de una persona, y no quería empezar a reír aunque en verdad le parecía bastante gracioso.

Aún ahora ese mote le hacía bastante gracia, de hecho, había conocido a una anciana que tenía un perro que se llamaba "Fi" y había veces que lo llamaba "Fifi" lo que le hacía mas gracia. Le costó mucho el aguantarse la risa en ese momento pero en verdad le hacía gracia.

Se calmó ante lo último que él dijo y terminó de acercarse para así sentarse junto a él mientras miraba hacía la puerta. No quería quedarse allí para siempre, quería salir de allí y ver el mundo mientras buscaba a su familia.-¿Sabes? Mi padre es un pirata y me enseño que las promesas son algo que nunca se deben romper y por ello sólo se hacen cuando uno está totalmente seguro de que las va a cumplir, es como un código de honor.-sonrió mientras lo miraba.-No te puedo prometer que estaré siempre contigo. No depende en absoluto de mí sino de tu padre que es quien me ha comprado... Además yo lo único que quiero es volver a ver mi familia al completo...-llevó su mano hasta la mejilla de él, en señal de paz, mientras se la acariciaba.

-Oye con lo que me...-¿atacaste? no, mejor decir...-te defendiste... Esa... cola-debía decirlo, era algo extraño el tener cola pero le parecía realmente graciosa y aquella cola lograba que el chico se viese más adorable aún.

Se relajo con el contacto de la mano de la otra en su mejilla, aunque pronto entro en tension al oirle pregutar por su cola. Se separo de su lado, mirandola con odio.-¡¡No tienes derecho a preguntar por ella!! ¡¡Solo eres una criada, asi que quedate callada!!-Sus gritos alertaron a su padre ya que al poco tiempo la puerta se abrio completamente. Se giro al ver a su padre e incluso pudo atinar a ver algo de orgullo es sus ojos. Lo cogio en brazos y indico a la mujer que hoy dormirian alli. Estaba alegre de no tener que dormir alli, e incluso se alegraba de que las otras fueran las que se quedaran .

-Menuda forma de estroperalo Firo-En verdad se sentia arrepentido de todo aquello, pero ella no debio preguntar por su cola. Fue lo primero que advirtio su padre cuando llegaron, nada de preguntar sobre algo anormal que vieran en Firo. Seguia reprochandose el haberse ganado asi el odio de Isa-chan cuando llamaron a la puerta.

-Crei haber dicho que quiera estar solo-El criado, antiguo amigo de la familia no dijo nada, solo se encamino hacia el ventanal, descorrio las cortinas y abrio una pequeña puerta, dejando que el sonido de la calle entrara al salon. Firo iba a quejarse hasta que oyo las risas y el sonido de la musica-¡¡El Festival!! Gracias por avisarme-No se quedo a ver el gesto de agradecimiento del otro ya que habia salido corriendo a su cuarto a cambiarse

¿Como podia haber olvidado su cumpleaños? Antes siempre se acordaba, pero ahora tenia tantas cosas en la cabeza que se le habia pasado por alto. Estaba en su cuarto mirando que ropa ponerse mientras recordaba que aquel dia no solo era el mas feliz, si no que tambien era el mas triste. Tambien era su cumpleaños cuando Isa-chan se escapo...

Estaba feliz ya que su padre le habia prometido que este año se quedaria en el castillo para celebrar su cumpleaños. Era por la mañana y se acababa de levantar. Iba direccion a los aposentos de su padre cuando oyo voces en el salon. Fue a la parte del servicio y desde alli pudo ver todo lo que pasaba. Oyo a su padre decir que los habia contratado para la lucha contra otro nomble y que partirian dentro de una hora....

Se quedó extrañada entre tantos gritos. ¿Qué le pasaba? Ella simplemente había preguntado por curiosidad y, según la pequeña, ese no era motivo suficiente para que se pusiese así. Vio como ambos se iban y les cerraban la puerta con llave para que no saliesen de allí y después miró a su madre. -Yo no he hecho nada, lo juro-y cuando juraba algo era porque lo decía en serio. La habían educado para prometer o jurar sólo en los casos estrictamente necesarios por lo que su madre no tuvo más remedio que suspirar y creerla.

Con el tiempo comprendió porque Firo reaccionó así aquel día. Siempre estuvo encerrado en aquella casa por culpa de su cola por el miedo que tenía su padre de lo que pudiesen pensar de él.

Pronto escuchó varios voceríos en la calle y se fijó en que el bar se había quedado prácticamente vacío. ¿Qué día era hoy? ¿Y por qué había tanto jaleo? Miró al tabernero interrogante y este le respondió: -Es la fiesta de cumpleaños del Sr. Firo, están esperando su llegada p--no necesitó escuchar más. Se levantó y dejó un par de monedas de oro pagando así de sobra la única bebida que había tomado antes de salir a la calle y correr hacía algún callejón.

¿Por qué había tenido que venir justamente hoy? ¡El único día que había muchas posibilidades de que él saliese!

Se internó más entre los callejones, dirigiéndose al lugar donde siempre se escondía cuando quería estar sola y se escapaba del castillo. Un pequeño callejón sin salida. Era estrecho, superando apenas el metro de ancho, y siento también bastante largo. Cuando llegó al final del callejón se sentó en una esquina y se abrazó las piernas mientras agachaba su cabeza y la escondía en sus piernas. Estaría ahí todo el día si era necesario, esperando que nadie quisiese ir a aquel callejón y el día pasase rápidamente.

Ese día era el cumpleaños de Firo pero, también, era el día en el que se escapó definitivamente de allí....

Estaba en su habitación durmiendo tranquilamente, era dormilona y eso nadie lo podía remediar. Despertó levemente cuando sintió una voz y como la movían un poco por lo que abrió los ojos lentamente viendo a su madre. -¿Uhm?¿Ya tenemos que ir a trabajar?-preguntó sobándose uno de sus ojitos pero su madre negó con la cabeza. -No, todavía es temprano. Vine a preguntarte una cosa. -la pequeña la miró confundida como preguntándole qué cosa era y su madre le acarició la mejilla con suavidad. -¿Quieres volver a ver a tu hermano?-....

Tras oir todos los planes de su padre sue acurruco en un rincon, sollozando. Pensaba que este año seria diferente, que podria tener un bonito recuerdo de su cumpleaños. Notaba que una niña pequeña que actuaba de cocinera le acariciaba la cabeza y le daba una pequeña galleta de esas que tanto le gustaban...

Se miro al espejo una y otra vez-¿Que tal me veo?-Se giro a la criada que habia en la habitacion. No olvidaba a la gente que le habia ayudado. En cuanto murio su padre la saco de las cocinas y la hizo su criada particular. Sonrio cuando la otra se quedo en silencio. Se acerco hasta ella, quedando sus labios a pocos centimetros.-No soy como mi padre, dimelo-Le puso un mechon del pelo detras de las orejas, mientras la otra se sonrrojaba notablemente-E-Esta m-muy b-bien, lord Firo-sonrio y la dio un suave beso en los labios, haciendo que el sonrrojo de la otra fuera aun mas notorio.

Tras recomponerse un poco decidio hablar con su padre. Salio de la cocina todo decidido, pero en cuento llego a la puerta del salón estaba temblando. Espero a que su padre saliera el primero y le abordo-Padre, me prometiste que te quedarias aqui para mi cumpleaños-Noto como su padre se moria de verguenza, ya que los mercernarios seguian alli y podian descubrir su problema. Cerro la puerta y miro con odio a Firo-No tengo porque darte explcaciones-Sin mas palabras desenvaino la espada y empezo a pegarle con la hoja, sin llegarle a hacer herida. Estuvo un rato asi, hasta que considero que habia aprendido la lección.

En cuanto se vio libre se levanto como pudo y empezo a correr hacia los aposentos de los criados-¡¡¡Mum, mum!!!-Se cruzo a varios criados mas y se tropezo varias veces antes de llegar a aporrear la puerta de la habitación

Un brillo de emoción se instaló en sus ojos en el momento que escuchó su pregunta.¿¡Volver a ver a su hermano?! ¡Lo estaba deseando desde hace dos años!-¡Claro que sí! ¿¡Dónde está?!-preguntaba emocionada e ignorando que llamasen a la puerta. Cosa que su madre no hizo. Por lo que no tardó en taparle la boca con la mano logrando que la pequeña se callase.-Ya hablaremos luego...-Y tras eso vio como se dirigía a abrir la puerta viendo también como lo abrazaba para calmarle....

....y una sensación de envidia la invadió...

¿Por qué siempre tenía que ser él? ¿Por qué desde el momento que llegó allí tenía la sensación de que su madre la dejaba de lado, de que quería apartarla de algo? Al principio pensaba que quizás él le recordase a Toño, al tener la misma edad, pero ahora no creía eso... Ahora estaba segura de que lo apreciaba más a él que a ella, su propia hija.

-Y ese mismo día, se confirmó cuando me abandonó...-su voz no denotaba tristeza o dolor, lo había asimilado hace mucho tiempo y por ello evitó el volver a esta ciudad. Pero, ahora que encontró a su hermano, no podía esperar más tiempo para verla de nuevo. Sería demasiado egoísta el saber su posible paradero y no mostrarlo a su hermano, quién sentía que era una de las pocas personas en las que podía confiar...

No pudo evitarlo más tiempo y se le acercó a Firo abrazándolo con suavidad.-Tranquilo, tranquilo ya verás que no es nada... -Podría tenerle envidia y le podría doler que le robase a su madre pero en el fondo no era capaz de odiarlo. Se le hacía totalmente imposible hacerlo y la única respuesta que le daba a ello era que no sentía que el fuese el culpable, después de todo sufría a diario por culpa de su propio padre y eso le debía de doler bastante...

Siguio llorando durante un buen rato abrazado a su madre. En cuanto noto el abrazo de Isabel su corazón latió con fuerza. Pensaba que ella le odiaba, por su culpa, su padre las habia encerrado varias veces en la mazmorras los primeros días de su estancia.-P-padre, se va a luchar d-después de prometerme que se q-quedaria-Nada más decirlo volvio a llorar aun más fuerte, se sentia traicionado.

Le parecia inumano y cruel que su propio padre le fallara una promesa. Sintio como una corriente le inundaba por dentro, como una fuerza que le permitiria hacer lo que quisiese. Pero esa sensación desaparecio cuando su madre empezó a besarle y a desatarle la cuerda con la que ataba su cola. El odio paso a ser respeto y cariño. No dejo de llorar totalmente, pero si se calmó un poco.

Se puso el sombrero verde que tanto le gustaba, fue el último regalo que recibio de su madre. En verdad esperaba que estuviera bien y que hubiera encontrado a sus hijos. Se puso la capa y aunque no quisiera, se puso también el medallon de oro con un martillo grabado. No se identificaba con lo que significaba pero debia hacerlo.-Sylvie, avisa a las otras, hoy teneis el día libre. Id al pueblo y no os precupeis en volver hasta mañana al mediodía-Le dio un beso en los labios-Pero quiero que tú estes aqui cuando vuelva. Serás se regalo de cumpleaños-Ruborizada le correspondio al beso-C-Como desee, s-señor-Sonrío y tras volverla a besar se dirigio a la puerta-Solo Firo esta bien-y con una sonrisa aun más ancha salio por la puerta

Cuando se calmo totalmente se sento en una pequeña mecedora que había en la habitación. Había usado su influecnia, la poca que tenia, en que las dos se encontraran agusto y que no pensaran que estaban encerradas, sino que eran sus "invitadas". De repente recordo una cosa-Mum,¿tienes un regalo para mi?-Ella no le había fallado en los últimos dos años, tenía permiso para salir al pueblo, aunque siempre iba con guardias para que no intentara escapar.

La miro con ojos de cachorillo. No podia esperar a ver lo que podria ser su unico regalo. En su memoria todavia perduraba los muchos regalos que hacía su padre a sus primos, pero a él no le regalaba nada. Bastante había tenido hoy con que le dirigiera la palabra, asi que cualquier cosa que le regalarán le hacía mucha, demasiada ilusión

Tomo entre sus manos el paquete con mucho cuidado intentando adivinar que era por el tacto, aunque no conseguia hacerlo. Se deprimio un poco cuando Isabel se fue, pero si la habia llamado su padre no podia hacer nada.-Grazie, Isa-chan-le sonrio un poco antes de que saliera por la puerta.

Una vez que estuvieron solos empezo a abrir el paquete con mucho cuidado de no romper lo que hubiera en su interior. Su sonrisa se amplio al ver una capa nueva-Es preciosa-Se levanto y se abrazo a la mujer. Aunque la capa era algo sobria y para un noble normal le pareceria muy pobre, para él era perfecta.

Antes de salir a la calle se había quitado el medallón, queria parecer alguien normal, pero le era imposible, su forma de andar, las ricas ropoas que llevaba y su cola de demonio le hacían inconfundible, aun asi la gente le trataba con normalidad. Estaba sonriente feliz, pero aun su mente se empeñaba en hacerle recodar todo lo malo de aquel día...

Se la puso con algo de ayuda y se miro sonriente en el espejo. Aunque le quedaba un poco grande la capa era preciosa, además era abrigada y seguramente la usaria para consolarse cuando su padre le encerrara-Thanks Mum. Me gustaria que Isa-chan tambien la viera-Tan centrado estaba en su reflejo que no noto como la mujer desviaba la mirada y se ponia triste.

Corrió por los pasillos de aquel castillo hasta llegar al cruce de dos pasillos deteniéndose allí. Podía escuchar a la perfección la conversación de quienes estaban allí. Tres voces, la de su señor Ladd y la de dos desconocidos.

Asomó la cabeza, viendo a su señor dándole la espalda y pudiendo ver los rostros de aquellos hombres. No los había visto nunca y se le hacía raro verlos armados y sin armadura. No eran guardias, quizás fuesen...mercenarios. Se les quedó viendo por un tiempo escuchando la conversación hasta que Ladd se dio la vuelta y la vio.

Salió de su escondite, no tenía motivo seguir escondida, debía salir y afrontar su castigo sino quería que este fuese más doloroso de lo normal. Pudo apreciar una sonrisa traviese con una pizca traviesa en los labios de él antes de agachar la cabeza dispuesta a recibir el golpe. Aunque este nunca llegó.

-Me pregunto si aún seguirán con aquella misión...-a pesar de haberse separado de ellos y haberse puesto a viajar por su cuenta nunca había perdido el contacto con aquellos mercenarios. Siempre estuvo al tanto de lo que hacían y ahora se preguntaba qué estarían haciendo. Después de todo los consideraba como su segunda familia, casi como si fuesen sus padres adoptivos...

Alzó nuevamente la vista al escuchar una estruendosa risa, viendo como Ladd se iba pasando de largo de ella y dejándola sola con aquellos mercenarios. Ellos la miraron con una pizca de compasión y se agacharon quedando a su altura mientras uno de ellos le acariciaba la cabeza y, ambos la miraban y sonreían cálida y alegremente.

-¿Vosotros nos ayudareis,a mi y a mi madre, a ver a mi hermano y a mi padre de nuevo?-les preguntó mirándolos esperanzada a lo que ellos sólo pudieron asentir un poco, aunque se sentían algo culpables porque no le podían contar la verdad a la pequeña....

No supo cuanto tiempo estuvo mirandose en el espejo. Se tenso cuando oyo las risas de su padre llamandole.-Tengo que irme.-le sonrio un poco y salio de la habitación direccion a las cocinas. Hacia poco habia descubierto unos pasadizos secretos que el servicio usaba para no ser visto. Algunos sirvientes ya habian oido a Ladd y le tenian todo preparado. Llego a su habitación con el tiempo justo para ocultar la capa

Su padre entro ya con la armadura puesta. Seguramente se iria muy pronto.-Firo, vengo a darte tu regalo de cumpleaños-Le miro ilusionado, aunque no se esperaba lo que su padre iba a hacer. Le cogio del cuello y empezo a asfixiarle. Pataleo intentando librarse, pero fue imposible. Apreto tanto hasta que el cuello se partio...

Se llevo las manos al cuello involuntariamente. Olvidaba todo lo que le hacia sufrir, aunque acababa de recordar como murio. Trago saliva para cercionarse de que estaba vivo. Sacudio la cabeza y siguio caminando intentando divertirse. Se le rompio el corazon al ver a una niña llorando.Se acerco a ella y le acaricio un poco la cabeza-¿Que te pasa, pequeña?-La chica se asusto un poco al reconocerle e intento calmar sus lagrimas.-M-Mi muñeca, u-un perro se la llevo-Se incorporo y pudo adivinar la figura del perro con la muñeca en la boca.-Tranquila, lo encontrare.-Sonrio un poco y empezo a correr detras del perro-¡¡Espera, espera!!-Sigio al perro hasta que entro en un callejon. En verdad esperaba que no tuviera salida y asi poder arrinconarle

Cuando recupero la consciencia estaba solo en la habitación. En la mesilla encontro una nota de su padre, en la cual le explicaba que se quedaria alli hasta que el volviera. Tambien le decia que su querida amigita y su madre se habian ido, porque le odiaban y el lo habia consentido, para que aprendiera que un asesino no puede tener seres queridos.

Se tumbo en la cama llorando, le habian dejado solo. Solo con su padre. Noto las manos de Ennis consolandole.-¡¡Ennis!!-se abrazo a ella mientras que lloraba. Ni si quiera habia tenido la oportunidad de despedirse. Bueno, sentia normal que no quisieran estar con el. Como decia su padre, era un asesino despiadado y un demonio, nadie quiere convivir con alguien asi

Aquellos mercenarios le habían contado que no sabían el paradero de su familia pero que aún así la llevarían consigo y viajarían por todo el mundo si era necesario para ayudarla. Al parecer les habían pagado lo suficiente para aguantarlas a ambas durante un año tiempo en el que creían que los encontrarían. Le había extrañado mucho que nunca hablasen en plural, que nunca se refiriesen hablando que lo harían con ella y su madre sino únicamente con una de las dos, pero estaba tan emocionada con la idea de volver a ver a su hermano que le restó importancia...

Con la cabeza gacha se levantó apoyándose en una de las paredes de la esquina del rincón para después recargarse en la pared sin atreverse a levantar la mirada. En esos momentos estaba sumida en una tranquilidad que no era normal... todo su ser estaba concentrado en aquellos recuerdos. No hablaba y su respiración era tan tranquila que apenas se notaba. Era una de las pocas ocasiones en las que se le le veía así de tranquila y sumisa... estaba tan concentrada en lo que pasó hace tanto tiempo y le estaban afectando tantos esos recuerdos que seguramente tardaría en soltar una sonrisa verdadera....

Su respiración estaba muy agitada y sus piernecitas no le daban para más pero aún así seguía corriendo e intentando no mirar atrás; pero aún así corría y a tal velocidad que apenas sentía el cansancio, seguramente no había parado de correr porque su mano estaba bien sujeta por uno de los mercenarios que le ayudaba a correr con más velocidad hacía las afueras del pueblo.

Ladd los había descubierto y ahora los perseguía por el pueblo con la mayor parte de sus hombres mientras les gritaba ladrones porque los mercenarios huyeron después de recibir el pago adelantado del trabajo que debían hacer y se negaron a hacerlo. Para ellos ese pago no era por atacar a otras familias de nobles sino por llevarse a la pequeña de allí y ayudarla.

No tardaron en llegar al puerto y subirse en un barco. Isabel ya estaba desesperada porque creía que su madre no los había seguido porque Ladd le habría hecho algo malo. Pero esos pensamientos se le fueron cuando vio a su madre en el barco con unas pequeñas maletas. No tardó en soltarse de la mano del mercenario y correr a abrazarla pero ella no la dejo.

Movio una de las maletas y la puso justo delante suya haciendo que le impidiese llegar hasta ella. La que creía que era su madre la miraba con asco....-No te me acerques...-su voz era muy sería e hizo que se detuviera y la mirase sin entender...¿Por qué su madre no quería que la abrazase?-Vete con estos hombres y busca a tu hermano.... y ni se te ocurra volver, no te quiero volver a ver en mi vida...-Después de eso aquella mujer se bajó del barco y justo cuando ella intentó correr hacía ella no se pudo mover, los fuertes brazos de uno de los mercenarios la abrazaron por detrás impidiendo que se moviera.-¡Mamá!-le gritó mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos pero ya era demasiado tarde....

El barco ya había zarpado y pudo ver a lo lejos cómo su madre llegaba junto a Ladd y le sonreía... La habían abandonado a su suerte con dos desconocidos... Estaba totalmente sola y eso le dolía....

No lloró.... simplemente levantó su mirada mirando al cielo... Ese día era el aniversario de cuando se fue de allí.... de cuando la abandonaron a unos desconocidos.... Pero a pesar de todo su rostro estaba sereno, triste pero sereno. Ninguna sonrisa adornaba su cara . Ella no había vuelto para ver a su madre y mucho menos para ver a Ladd, había vuelto únicamente para darle las gracias a la mujer que la abandonó. Las gracias porque gracias a eso había vuelto a encontrarse con su hermano y había averiguado qué le pasó a su padre. La mujer a la que había llamado antes "mamá" ya no le importaba pero sabía que a su hermano sí así que debía ayudarle a reencontrarse con ella... tal vez a él si lo quisiese aún y no lo despreciase como le había hecho a ella....

Al final se acabo durmiendo, casi por aburrimiento, de tanto llorar. No queria volver a estar solo, aunque se habia estado haciendo a la idea. Ennis le habia prometido que siempre estaria a su lado y eso le reconfortaba, ya que el influjo de su padre no podia llegar hasta su imaginación de tener una persona que lo quisiera. Se despertó cuando notó que alguien le acariciaba la cabeza. Se incorporo y se restrego los ojos, intentando encontrarse los ojos rojos de Ennis, pero en cambio se encontro con unos ojos verdes.-¿M-Mum...?-Ella solo asintio y lo abrazó. Le devolvio como pudo el abrazó. Iba a hablar cuando noto que estaba llorando. No entendia muy bien porque, pero en su interior lo sabía perfectamente. Isa-chan no estaba con ella, no iba a volver a verla. Aunque pensaba que no tenia mas lagrimas, él tambien acabó llorando. Sabia que daria lo que fuera por volver a verla, incluida su alma.

Persigio al perro por todo el callejon. No podia volver con las manos vacias, debia devolver esa muñeca como fuera. No debia fallar a la niña, no solo como su soberano, sino como persona. Consigio acorralarle en una esquina. El perro empezó a gruñirle, y como a gruñidos no le gana nadie, se lo devolvio, haciendo que el perro soltara a su "rehen" y huyera con el rabo entre las piernas hasta volver a salir a la calle. Cogio la muñeca con cuidado y examino de que no tuviera ninguna marca de mordida. Cuando se aseguro de que todo estaba bien, se incorporo y se giro para volver a la avenida principal, aunque cuando lo hizo se encontro con una mujer apoyada en la pared. De la sorpresa empezó a llorar. ¿Había visto todo?¿Pero todo, todo? Lo que más le precupaba es que hubiera visto su cola de demonio, aunque se la habia atado, aunque no se habia dado cuenta que se habia desatado nada más salir de casa.

Se acerco un poco más, aunque cuando se dio cuenta de que no respiraba se asusto aun más. ¿Estaba muerta?¿O petrificada? ¿Hechizada? Empezó a examinarla desde la otra pared.-¿E-Estas bien?-Se atrevio a preguntar tras mirarla de arriba a bajo durante varios minutos. Habia algo que le resultaba familiar, pero no sabia que la conocia. Aun asi le parecia muy guapa y algo en su interior se revolvio, algo que hacia mucho tiempo que no sentia.

Todo era silencio y su mirada estaba en cualquier punto del suelo, aquel silencio se rompió cuando escuchó unos gruñidos, aunque poco le importaban no pudo evitar agudizar sus sentidos y ponerse a alerta. Pronto escuchó una voz que la hablaba haciendo que alzase lentamente la cabeza para ver al dueño de la voz, aunque esta se le hacía extrañamente conocida-Claro que si...-dijo aunque se quedó más quieta de lo que estaba cuando alzó por completo la cabeza, mirándolo fijamente.

Se sorprendió al verle, pero ni mucho menos pensó en salir corriendo o en matarlo, únicamente lo miró y lo reconoció al instante. ¿Cómo iba a olvidarle? Ese rostro y... esa cola. Estaba totalmente segura de que era él. Respiró un par de veces para calmarse.-....Firo... Cuánto tiempo...-Su voz en ese momento era claramente seria algo muy inusual en ella. Inspiró y expiró varias veces y cuando vio que podía volver a la normalidad lo hizo, mostrando una sonrisa a pesar de que esta era claramente falsa-¿Y mi madre? Hay alguien que quiere verla-su tono tampoco era tan serio pero aún así se podía apreciar que era un tono algo forzado debido a que no mostrada su típica energía y vitalidad.

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no preguntes(?)