¿mi nuevo amo? (libre/vash)

Era su primer día en el mercado de esclavos de aquel continente al que llamaban "el nuevo mundo" pero que a la francesa le parecía un poco mas de lo mismo que tenia el mundo viejo, los mismos barcos, los mismos piratas que a fin de cuentas estaban en todas partes, los mismos molestos guardias, y probablemente lo mas importante de todo: los mismos deliciosos hombres y mujeres, todos ellos mirando a los esclavos que salían del barco, la carne fresca europea entre los que se contaba la misma francisse, parpadeando un par de veces incomoda por el repentino rayo de luz, después de días y días de estar en la parte mas baja del barco sin que se le estuviera permitido siquiera asomarse a cubierta y broncearse un poco, ademas de que la habían tenido muerta de hambre, viendo ratas correteando por todas partes y sin que, por una vez su belleza la ayudara a remediar su situación. Odiaba todo aquello, y solo tenia el pequeño e ínfimo consuelo de que no sabía quien seria su amo, quizás conseguiría una interesante pareja sexual, y no le molestaba el sexo rudo, a decir verdad nada relacionado con las relaciones carnales le molestaba non, non siempre había que probar cosas nuevas.

Cuando bajo del barco, atrajo las miradas de inmediato, cosa bastante obvia porque al igual que los otros esclavos estaba completamente desnuda, de pies a cabeza, la mejor forma que tenían los vendedores para exponer la mercancía en todo su esplendor, y era absolutamente normal que un cuerpo como el suyo, tan firme, suave y hermoso llamara la atención así que bajo con toda la dignidad que pudo, sintiéndose halagada por las miradas lascivas totalmente idénticas a las que le daban en el viejo continente, y se dejo llevar con las manos atadas por una firme soga, mientras un sujeto azotaba si trasero para que se apurara. Antes de que la venta comenzara, la hicieron sentarse en el suelo, con las piernas cruzadas y su cabello rubio pegándose a su cuerpo por el sudor, que no le beneficiaba en lo mas mínimo. ahí se quedo cerrando los ojos y sintiendo que sus captores se alejaban de ella, y la dejaban sola en lo que montaban la tarima para la venta de esclavos, asi que aprovecho para relajarse un poco y pensar.

La italiana habia oido maravillas del nuevo mundo acerca de los que ahi vivian, de sus costumbre y del paisaje ella queria verlo por sus propios ojos era su naturaleza asi que cuando llego al puerto no le parecia distinto a lo ya visto talvez porque el lugar estaba al mando de algun reino europeo aunque debia admitir que el paisaje era hermoso caminaba sin un rumbo fijo por el lugar y sin darse cuenta de un momento a otro termino en el mercado de los esclavos cosa que le producia algo de tristeza e impotencia al mirar aquellas personas como eran vendidas como un objeto mas pero no podia hacer nada no les podria llevar a todos en su navio estaba apunto de darse vuelta y volver por donde vino cuando sus ojos notaron una chica de piel clara y cabello rubio sentada en el suelo talvez no le habria llamado tanto la atencion si esta no hubiera estado desnuda pero lo estaba y eso le parecia algo mas que denigrante para una persona talvez no podria ayudar a los demas pero por lo menos queria ayudar a esa chica de algo aun peor se acerco hacia donde estaban aquellos que le vendian
-Ciao! disculpe ¿cuanto pide por aquella chica?-
dijo a uno de ellos y luego señalando hacia la chica rubia esperaba que estubiera en su posibilidad comprarla y sacarla de ese horrible lugar

Dirigió la mirada a dónde un montón de hombres-la mayoría gordos o demasiado fuertes que apostabas a que no sabía ni la respuesta ,de dos mas dos"- se hacían bola en una zona especial del puerto. Pudo adivinar muy bien que zona era. Bufó, nunca en su corta vida podría pensar si quiera en gastar dinero para comprar un esclavo. No estaba en sus planes...Pero, tal vez una miradita no mataría a nadie.

Se bajó de la caja en la que había estado sentado y motivado por la curiosidad -aunque no lo admitiría-, caminó a donde la bola de hombres y mujeres estaba reunida. Se abrió paso empujando un par de hombres, quiénes respondieron con insultos, que ignoró olímpicamente. Cuando pudo ver mejor al grupo de esclavos, se dedicó sólo a mirar por un rato. Sus ojos se movieron, llamados por la atención, a dónde una esclava rubia se encontraba, la cuál estaba un poco alejada del resto. Caminó a donde estaba ella, asegurándose antes, que ninguno de los encargados de esa venta lo vieran.

-"¿Estás cómoda?" -preguntó cuando estuvo al alcance de la chica. Se llevó su mano a su cintura, tocando el mango de la espada. No planeaba el liberarla, tal vez no por ahora. Por el rabillo del ojo, se aseguraba que los vendedores no se dieran cuenta de lo que hacía, pero parecían entretenidos con una joven.

Escucho una voz menudita, como de ruiseñor preguntando cuando valía Francisse, así que por curiosidad volteo sus orbes azules en aquella dirección, maravillada de escuchar una voz femenina entre todos esos hombres ordinarios. Mon dieu, si era un pajarito, una princesa, una niña adorable que no parecía encajar con lo que la rodeaba, haciendo que por pura diversion, por puro gusto se preguntara que hacia una chica como ella en un lugar así. No parecía una pervertida, ni una de esas muchachitas malcriadas que querían esclavas para que le pusieran la ropa, la bañaran y limpiaran su casa, aunque la perspectiva de arrodillarse y quitar la ropa interior de ese par de piernas hermosas y aprovechar un descuido para acercarse y... oh la la la aquella petite cherie tenía muchas, pero que muchas posibilidades, al menos alguien lindo estaba interesado en comprarla.
De pronto un chico se acercó a ella, distrayéndola de su gorrioncito pelirrojo. El chico, o mejor dicho el hombre era muy guapo, aunque arruinaba su atractivo con un semblante serio, si es que era una pena, un chico asi no deberia parecer un viejo de cien años non non-estoy tan cómoda como puedo estarlo cherie-de forma elegante se recostó de un pilote de madera, uno de los que sostenían el puerto, y levanto una pierna para darle una mejor vista, aunque disimulada de sus encantos femeninos-¿y que te trae a un lugar como este cherie? ?¿te quieres llevar a alguna preciosa mademosielle contigo?-le sonrió a medias, de forma seductora, con una languidez exquisita en su mirar, toda una princesa exótica, sin ninguna verguenza para mostrar sus atributos al que la observase, en este caso el misterioso joven rubio.

Parecía que era una suerte que estuviese en sus posibilidades llevar a la rubia con ella, aunque ponerle precio a una persona le parecía un absurdo y bastante denigrante, puso de nuevo su característica sonrisa al momento en que cerraba el trato con el vendedor
-Hey tu!! Chico listo ¿Qué se supone que haces? Ella es mi mercancía así que aléjate y si la quieres paga como se debe!!
La voz ronca y grave de aquel hombre hizo que Isabella se sobresaltara y volteara su mirada en dirección a donde se encontraba la chica y miro que ahí estaba un chico que no se encontraba ahí antes, de cabello rubio, ojos verdes y semblante serio no se podía negar que era alguien atractivo pero no parecía de ese tipo de chicos que comprarían una esclava por solo diversión, se dirigió con pasos ligeros hacia ambos chicos
-Ciao! Mi nombre es Isabella Vargas y bueno no quiero parecer grosera pero esa chica se irá conmigo si así lo desea…
Presentándose dio una leve reverencia aun con esa característica sonrisa en ella Se dirigo a ambos y después se dirigió mas al chico rubio
-Dime ¿cuál es tu nombre?...
Se inco aun lado de la chica le dirigió una sonrisa y quitándose la tela que usaba a modo de fajo la puso sobre los hombros de la rubia tratando de cubrirla de las miradas de aquellos que pasaban y solo le miraban como un objeto mas en venta

Cuando la joven hizo aquel movimiento con su pierna, mostrándole sus atributos hizo que moviera su mirada a un lado, un poco sonrojado. Vash no estaba acostumbrado a eso; y bien pudiera ser que él era un maleante o algo parecido, pero todavía mantenía aquel respeto a las mujeres con el que había crecido.

-"Lo último que pienso hacer es comprar" -respondió.

Escuchó los gritos. Obviamente lo habían descubierto, pero no volteó. Sólo los ignoró, por que de verdad poco le importaba. Su idea ahí era, bueno, liberar a la chica antes de que alguien se la llevará, y parecía que ahora ya no podía hacerlo sin causar un alboroto; y definitivamente esa no era su manera de actuar. Y cuando iba a volver a hablar, la voz de una chica que no era la francesa, irrumpió. Volteó a donde la chica, que reconoció como la que hablaba con los traficantes.

Respondió la inclinación de la chica, haciendo apenas una reverencia; después de haber escuchado a la chica presentarse y decir lo que hacía ahí.

-"Soy Vash" -respondió frío como solía hacer. Hizo un ademán de irse, no tenía nada que hacer ahí, al menos no con eso de que la joven francesa ya tenía un comprador.

Miro de reojo a la chica que le estaba hablando, un precioso y exquisito bombón italiano por el acento con el que hablaba, y que aprecia tener deseos de sacarla de ese agujero mugroso olvidado por dios, así que bien se merecía un vistazo bien detallado, y lo que vio no solo la hizo sonreír en lasciva autocomplacencia, sino también con ternura, y es que, esa niña tan mona, tan adorable despertaba sus instintos maternales y casi al instante supo que no le costaría demasiado encariñarse con ella si es que se decidía a comprarla-me llamo Francisse Bonnefoy, y es un gusto conocerte ma petite cherie-tomo la mano de la italiana y le dio un beso elegante, para luego acariciar sus cabellos y tomar la pieza de tela que le ofrecía usándola para cubrir su sexo por educación.

-¿te vas tan pronto cherie?-miro al suizo con aquellos ojos tan seductores, divertido por su reacción tan extraña como si nunca hubiera visto a una mujer desnuda, y se rió con voz de pájaro ronco, mientras se quitaba las ataduras sin que nadie le dijera nada después de todo iba a ser comprada. Se acercó al suizo de forma sugerente, con una sonrisa pícara y una voz de pájaro ronco, que era tan atractiva para sus clientes-¿no te gustaría luchar por mí?-no tenía reparo en marcharse con la pequeña Isabella a la que ya veía como su hermana menor o algo parecido pero era mucho, pero que mucho mejor si el rubio daba batalla por ella.

off: perdonen lo corto del post inspiración es una puta y me ha abandonado(?)