Parecían compras normales

Era siempre lo mismo, cada vez que tocaban puerto era a él a quien mandaban a hacer las compras para el re abastecimiento de provisiones del barco. Era típico escuchar que su superior le encargara una lista y era él quien debía arreglárselas para conseguir todo sin importar la manera en la lo tuviera que obtener.

Siempre era igual ''Ice ve a hacer eso, Ice ven a ayudarme, Ice ve por aquello''. Claro que estaba cansado, pero no es como si pudiera negarse ante órdenes de un superior, mucho menos de su capitán.

Si bien odiaba tener que ser el que hacía las compras y casi ser un ''sirviente'' de la tripulación, agradecía que lo le impusieran labores física, de ser así probablemente no sobreviviría ni un día navegando. Y así entre pensamientos tanto bueno como malos ya se encontraba pasando entre los primeros puestos del mercado de puerto, solo uno de tantos, sacó la lista del bolsillo de sus ropas, era extensa, aunque no tanto como otras veces. Leyó rápidamente la lista, para empezar buscaría comestibles, memorizó los alimentos de la lista, repitiéndolos en su mente mientras veía los numerosos y variados puestos, procurando no dejar pasar nada, comenzó con bastante suerte encontró dos en un solo lugar y a un buen precio a decir verdad.

Era tal su concentración que difícilmente veía el camino o las personas que venían en ambas direcciones, recibiendo varios empujones a causa de eso, además de que su estatura no era la que el desearía y todos pasaban de largo empujándolo.

Se encontraba en el puerto embobada viendo muchas cosas, habían muchisimas haditas por esos lugares que se perdían entre la multitud debido a que su naturaleza de proteger el ambiente hacia que estas quisieran combatir a los humanos, acomodo su largo cabello mientras seguía a varias que simplemente le daban la pista, pero resulto que termino en la zona comercial.

Se quejó por lo bajo puesto que no tenía ni céntimo ¿que se supone que iba a hacer allí? bueno, podría sentarse en alguna mesa, a leer la fortuna como muchas hacían, sólo que ella si lo hacía de verdad, por lo que no estaba segura realmente de nada, no quería ser acusada de alguna desfachatez, así que tal vez lo mejor sería quedarse calmada y disfrutar del lugar un rato...

Derrepente observó como un chico albino corría por el lugar, dando tropicones con los allí presentes, ladeó la cabeza con su habitual expresión de... bueno, de nada en particular mientras pensaba en lo mono que era, entonces cuando se dio cuenta... tropezó justo sobre ella.

La verdad era que no pesaba mucho, pero aún así no le había dolido - ¿Estás bien? -preguntó al muchacho que ahora yacía recostado sobre ella, es que no podía enojarse con una criaturita así ¿quién con corazón lo haría? definitivamente ella no

Sacudió la cabeza varias veces, estaba aturdido por el tropiezo y apenas se percataba que era una chica con la que había tropezado, peor aún, estaba justo encima de la chica, se atontó por unos segundo más hasta que su cuerpo optó por ponerse de acuerdo con su mente y levantarse de golpe, sacudirse la ropa rápidamente y extender su mano a la muchacha para ayudarle a levantarse. Notándose un color carmesí leve en sus mejillas, por la vergüenza de haber caído de esa manera sobre una señorita.

-Ah, si, estoy bien... Discúlpeme, no le vi.. -Se excusa ante su distracción con el brazo y mano extendidos hacia ella aún mientras que con la otra mano sostenía la canasta donde iba metiendo sus compras, agradecía que no se hubiera caído nada.

- Descuida - susurró mientras dejaba que le ayudase a levantar, después de todo se había dado un buen golpe en la cabeza con la caída, pero le venía dando exactamente igual, se había dado mas golpes en el pasado, lo observo sonrojarse, seguro estaba apenado por el golpe y eso le dba cierto aire encantador a su alrededor, pero era mejor no decir nada, después de todo no conocía al chico

- ¿Estás de compras? - cuestionó curiosa al ver la cesta... tal vez asi hallaba quehacer acompañando al chico, después de todo moría de aburrimiento y no encontraba nada mejor que pudiese distraerla, además tenía cara de preocupación, seguro pertenecía a una tripulación con uno de esos capitanes imbeciles (?) que sobreexplotan a sus pobres grumetes ¡pero era un niño! así que lo mejor era acompañarle un rato, no sabía porque pero eso era lo que quería

¿Segura que se encuentra bien?-Quería asegurarse de que la joven no se sintiera mal o se hubiese lastimado por su culpa, no sería propio ni educado. Además su educación no le permitía dejarla sin haberse asegurado de que estuviera del todo bien.

Parpadeó un par de veces con deje de sorpresa- ¿Eh?- Murmuró como si por un momento no entendiera la pregunta, percatándose segundos después y mirando la cesta que traía en manos, ¿Cómo se había despistado así? Quizás la preocupación hizo que se le olvidara- Ah, sí. Me han mandado a comprar para re abastecer el barco en el que viajo- Explicó sin dudar, hubiera sido grosero no responderle tan sencilla pregunta después de haber tropezado bruscamente con ella.

- Estoy bien - exclamó con simpleza mientras era ayudada a levantarse luego del golpe, de verdad que el chico era muy amable y educado, con eso ya la idea de que fuese pirata se borró de su cabeza, los piratas no conocían de educación o amabilidad y eso era frustrante, mas que nada cuando te tocaba lidiar con ellos, pfft, ¡eso si que era un dolor de cabeza!

Pero, volviendo a la realidad, de la cuál casi se distrae por ver una hadita revoloteando feliz por las cercanías...

Escuchó atentamente lo que le decía, bueno, ella no le pertenecía a nadie mas que a si misma, no tenía mas nada que hacer y allí estaba el chico solitario y en busca de abastecimiento - puedo acompañarte - su voz sonaba tan seria como siempre, pero con aquél matíz dulzón que la caracterizaba - claro, si tu quieres - terminó por concluir mientras iba a su lado

Miró a la muchacha de pies a cabeza una vez que la vio de pie, asegurándose de que no se hubiera lastimado. Después miró a su alrededor para fijarse si no se había caído nada de lo que había comprado hasta el momento, pudo ver un frasco que había comprado hace unos minutos y yacía en el suelo, lo cogió y puso dentro del cesto de nuevo.

-Si usted gusta acompañarme, para mi no es ninguna molestia - Sacó la lista de su bolsillo para ver cuantas cosas le faltaban, eran muchas y eso que en el barco no eran tantos. Parecía que pasaría un largo rato con la joven, bueno, no estaba tan mal, parecía agradable y eso le tranquilizaba. Además quizás podría serle de ayuda, por si no encontraba algo tal vez ella supiera donde estaba.

-Vamos - Le indicó comenzando a caminar en dirección a donde estaban las siguientes cosas en la lista.

Al escuchar su asentimiento no hizo mas que proseguir con acompañar al menor, curiosa miro el frasco que volvía a guardar, esperaba que no tuviese problemas por haber tirado las cosas, pero tampoco podía decir mucho al respecto. Se encamino a su lada no muy pendiente de a donde se dirigían, bueno, la verdad que la rubia no le importaba mucho eso...

Aún así no detuvo su curiosidad

- ¿Que necesitabas comprar? -cuestionó con voz neutra y suave, mientras le daba una ojeada a sus cosas, toco un poco sus bolsillos sólo para descubrír que no cargaba dinero, bueno, ella mas que nadie sabía que este no aprecía por arte de mágia, pero tendría que haber un modo de ganarlo, tal vez por eso se colaba en los barcos piratas, siempre era mas fácil vivir allí

Volteó rápidamente hacia la chica, fijando la vista rápidamente en su lista de nuevo y leyendo lo que le faltaba, para su sorpresa todavía faltaba un poco más de la mitad. Creía que ya había comprado la mayoría de las cosas, pero al parecer se había equivocado. Soltó un ligero suspiro y volteó a ver a la chica completamente -Hum.. Parece que aún me faltan varias cosas.. -

Se le quedó mirando unos instantes más para luego volver a ver los puesto, en busca de lo siguiente- ..No sabes.. ¿En dónde se puede encontrar esto de casualidad?-Preguntó, acercándole la lista y señalándole un par de cosas que necesitaba comprar, eran ambos unas variantes de especias, pero sería difícil encontrarlo, no era muy común que se vendiera, pero las exigencias se su capitán a la hora de comer no le dejaban otro camino más que buscarlo.

Paso la vista por encima de sus hombros, vaya, es que le habían dado una lista de encomendados y toda la cosa, bueno, como ella no tenía nada útil que hacer lo mejor sería acompañarle, mas o menos se daba una idea del mercado, casi todos los mercados de los puertos en los que desembarcaban los piraras tenían la misma distribución, esos roñosos no eran muy imaginativos que puedas decir, por lo que sin decir nada le seguía desde atrás

Luego al notar que el albino requería de su ayuda, se incó mas, tomo la lista, con que especias... especias del norte, quien sea que cocinara en su tripulación no cabe duda que tenía buen gusto, bueno, al menos al momento de cocinar - si sé donde las venden - las había visto apenas llego, de poseer dinero habría comprado algunas

Lo tomo de la mano para que no se le perdiera dentro del centenar de personas, luego con su dedo le indico un pequeño puesto algo escondido - allí - indicó con simpleza, mientras esperaba para caminar juntos al lugar

Dejó que la muchacha tomara la lista, esperando que pudiera ayudarlo y sonrojándose ante la repentina acción de que le tomaran de la mano a la que reaccionó segundos después, cuando le habían señalado el puesto donde podía comprar las especias que necesitaba -Ah, Takk- Agradeció sin darse cuenta de que aún sostenía la mano de la rubia y caminaba hasta acercarse al puesto que le había indicado, soltándole la mano cuando tuvo que utilizar ambas tanto para pagar como para sostener las especias que le entregaban y acomodarlas en el cesto, había tenido suerte, tres de las especias que necesitaba se hallaban en venta y a muy buen precio a decir verdad.

Se volteó de nuevo para quedar frente a la chica de nuevo -Por cierto..-Comenzó a decir notándose cierta timidez en su semblante, sumado a que el sonrojo de hacía unos momentos apenas estaba borrándose- Aún no sé su nombre -Terminó, era irónico, esa persona le estaba ayudando y acompañando sin siquiera saber su nombre, por mera cortesía, debía decir su nombre primero- Me llamo Emil, Emil Steilsson - Hizo un gesto con la mano señalándola, como su indicara que le tocaba a ella decir el suyo.

No fue consciente del sonrojo del islandés hasta minutos después, aunque claramente prefirió disfrutar de aquello en silencio, pero que chico tan mas adorable... No le diría nada por temor a espantarlo, pero de verdad ese color le sentaba genial a sus mejillas, eso sin contar su carácter dulce no seria alguien de la nobleza? No, esa gente no tenia corazón, no debía dudar de que el chico era en realidad otra cosa.

Tal vez fuese como ella, pero no estaba realmente segura. No quería formar distancia entre ellos, había notado que en verdad la mano del islandés era muy cálida pero claro... El tenia que llevar con los víveres, aunque su rostro no lo reflejara estaba realmente feliz por haberle sido útil al menor, de estar acostumbrada hasta le sonreiria

Escucho con atención la pregunta que le formulaba el menor, un leve tilde se apoderó de sus mejillas bajo su semblante tranquilo, tenia un nombre tan adorable como el - Un placer Emil, yo soy Dagny Bondevik - hizo una muy pequeña reverencia y luego puso la mano en su hombro - no fue nada - le indico, sin muchas ganas de querer irse de allí tampoco, tal vez podría pasar un rato mas con el albino y luego si volver a... Bueno, a ninguna parte en verdad.

Sonrió con ligereza, al escuchar el nombre de su acompañante. Ciertamente nunca había escuchando un nombre parecido, pero cierto era también que era muy lindo- Tiene usted un nombre muy bonito -Comentó, antes de sentir la palma sobre su hombro. Entonces comenzó a extrañarse de que aquella muchacha no sonriese, aunque tampoco quiso incomodarla con tan boba pregunta, las cosas llegarían en su debido momento.

Cierto era también que aún le faltaba al menos media lista de víveres, por suerte las horas del día prometían pasar lento y no rápidamente como siempre se iban, aprovecharía y pasaría ese tiempo con su ahora conocida, puesto que ya no era solamente alguien que lo acompañaba por simple placer, sino alguien de quien ahora sabía un poco más y de quien disfrutaba su compañía. Era agradable tener a alguien así de vez en cuando, con quien se pudiera pasar un rato agradable. No como en el barco que viajaba, siempre cediendo ante las exigencias de su capitán, que era un caprichoso, como un niño mimado y eso que suponía ser el mayor de todos.

Alejó esos pensamientos de su mente para que no le echaran a perder el buen ánimo que tenía en esos momentos. Quería seguir las compras siendo acompañado por la muchacha y se lo haría saber- Si no tiene algún inconveniente-Comenzó a decir fijando la vista en ella- ¿Le gustaría acompañarme hasta que termine mis compras?

Un ligero sonrojo recorrió su inexpresivo rostro al escuchar el halago, sin duda que el islandés era un chico muy dulce y educado ¿como era que iba en un barco pirata? Bueno, en el mundo habían muchas preguntas inexplicables y la noruega quiso colocarla como una de esas, al menos aun quedaban chicos en el mundo con algo de decencia a pesar de las adversidades - Takk - exclamo mirándole a los ojos, y dejando entrever una pequeña curvatura en sus labios, no calificaba como sonrisa pero para ella era un progreso

Nunca antes había tenido un amigo o algo que se le pareciese, de donde venia debías cuidarte las espaldas sin cortar que debías aprenderlo todo por cuenta propia, por suerte la noruega era una chica lista y había sabido aprenderlo pero... Siempre ha sido muy solitaria, por ende le costaba mostrar sus sentimientos y emociones a nadie, pero el chico tenia algo que la hacia pensar diferente, tal vez estando otro rato con el podría conocerle mejor...

Y como si le hubiese leído la mente le pidió que lo acompañara, por dentro estaba muy feliz aunque le daba vergüenza exteriorizarlo ¡por supuesto que quería! Para ella aquello no significaba problema alguno al no tener alguna otra cosa que hacer u hogar al cual volver - Me encantaría acompañarte Emil - expreso tranquilamente colocándose a su lado - Vamos por las cosas que necesites - y de esa forma le tomo de la mano indicándole el camino ¿por que? Pues el lugar era muy grande y concurrido y la noruega temía que pudieran perderse.

-No es nada- Dijo con simpleza, era verdad, el nombre de la muchacha era poco común pero adorable, simplemente se lo había hecho saber.

Se sorprendió al ser tomado de la mano repentinamente de nuevo, pero simplemente no quería soltarse, de esa manera se sentía protegido, como cuando... Como cuando su madre y el corrían para huir de su hogar, entonces sintió miedo, miedo de que fuera como aquella vez, miedo de quedarse solo nuevo. Hundido en esos pensamientos apretó inconscientemente la mano de la chica entre la suya, en un reflejo, no quería estar solo, le tenía pavor a esa sensación. Normalmente no le hubiera importado, pero ambos momentos se parecían tanto, una persona que acababa de comenzar a apreciar podía quedar fuera de su alcance en segundos y definitivamente no quería eso.

-Está bien - Miró su lista de nuevo y luego a su alrededor- Creo que ahí está lo que sigue en la lista -Aún sosteniéndole la mano le guió hacia un puesto cercano a ellos-

Se sorprendió de que no retirase su mano, hacia mucho que no estaba de esa forma con, bueno, con nadie, y le gustaba esa sensación, la noruega supuso que asi se sentía tener familia, un sonrojo recorrió sus mejillas y mas cuando sintió el pequeño apretón en su delgada mano, a lo que por inercia respondió entrelazando sus dedos.

No, no sabia porque se comportaba de esa forma con el islandés, pero solo sentía que quería llevarse de esa forma con el chico sin problemas, era casi de manera natural, sobre todo porque nunca había tenido un chico de amigo, y la simple idea se le hacia muy buena, toda su vida sola le había enseñado a apreciar a las personas con las que podría volverse amiga, incluso si no volvía a verle luego al menos se sentiría feliz de haber pasado un rato con el, aunque ese pensamiento la ponía un tanto triste, quería poder volver a ver al albino algún día

¡Pero en ese momento estaban juntos! Tenia que disfrutar la tarde que les esperaba, asi ya no compraría solo las cosas que su superior le había encomendado. Camino a su lado viendo aun los víveres, y sin ella quererlo su estómago empezó a rugir - ... - se sonrojo sin saber que decir; no había notado que tenia hambre, y rogaba a Odin que el chico no hubiese escuchado.